El corredor ecuatoriano del equipo Movistar, Richard Carapaz, en La Vuelta 2018. Foto: Manuel Bruque / EFE
Jean-Paul Sartre diría que Richard Carapaz es feliz, no porque hace lo que quiere sino porque quiere lo que hace. El ciclista carchense concluyó sus competencias en Sudamérica y después de pasar unos días en Ecuador viajará a Europa, para completar su preparación de cara al Giro de Italia, el gran objetivo deportivo de este año.
“Estamos ilusionados en repetir cosas del año pasado y, por qué no, mejorarlas”, dijo Carapaz, de 25 años, que viene de ser noveno en el Tour Colombia 2.1 y sexto en San Juan (Argentina).
“Los resultados son buenos tras la pretemporada. Nos hacía falta ya estar en competencia”, recalca el pedalista, que de esta manera inicia su tercera temporada como ciclista profesional.
En las dos competencias sudamericanas, Richard asumió los dos roles que le encantan: trabajar para el equipo como gregario y asumir su condición de líder. En San Juan, el Movistar Team logró el título como equipo y a nivel individual, el colombiano Winner Anacona se coronó campeón.
En Colombia estuvo a metros de ganar una etapa. Fue el escogido por el equipo para pelear por el primer lugar en la etapa reina del Tour. Perdió en el esprint final, pero volvió a exhibir esa condición guerra, que el mundo del ciclismo identifica en él.
El Tour Colombia 2.1 lo ganó Miguel Ángel López, el colombiano con quien el año pasado disputó el primer lugar en la clasificación de los ciclistas Sub 23 del Giro de Italia. Se ha convertido en su archirrival, en el ciclista a vencer.
“Somos rivales en la carretera, pero grandes amigos. Antes del Tour estuve en su casa en Boyacá. Me invitó a la clásica que lleva su nombre. Me hizo sentir muy bien. Cuando estamos en competencia a veces bromeamos, no deja de ser un rival fuerte, pero somos buenos amigos”.
Con ‘Superman’ López volverá a rivalizar en el Giro. También anuncian participación los colombianos Egan Bernal, Iván Ramiro Sosa y Sebastián Henao, del Sky; el holandés Tom Dumoulin; el británico Simon Yates y sus compañeros españoles, Alejandro Valverde y Mikel Landa, si alcanza a recuperarse de una operación de clavícula. “Parece que este año será más duro que el pasado, pero de eso se trata, de tener cosas por contar”.
Con modestia revela que de vez en cuando, para motivarse, le gusta mirar el video de aquel 12 de mayo cuando ganó la octava etapa del Giro de Italia, y por eso le encantaría repetir este año y, “si se puede, lograr algo más”.
Ese algo más es vestirse de rosa y traer ese maillot (camiseta) a casa. Para ello se entrena, suma kilómetros en frío, lluvia o neblina. “Porque hoy el ciclismo es mi profesión, la que me da de comer”.
Asume con mucha firmeza aquel puesto que le dan los ciclistas jóvenes que quieren subir cumbres como él, en Francia, Italia o España. “A todos ellos les digo que con trabajo y esfuerzo se logran metas. Los sueños hay que perseguirlos”.
Y se llena de felicidad al ver los pasos que están dando los otros ciclistas ecuatorianos que se inspiran en él. “El año pasado alcanzamos un resultado histórico con Jonathan Caicedo, al lograr el primer y segundo lugares en la Vuelta a Asturias. Hoy, Jonathan están en el Education First (también equipo World Tour)”. Nunca antes dos ciclistas ecuatorianos dominaron un podio en Europa.
Mostró su complacencia por la participación de la selección nacional en el Tour colombiano y también por lo que hace Jefferson Cepeda con su primer lugar en la Vuelta a Mendoza (Argentina). “A Ecuador ya se le conoce como un país ciclístico”.