Vanderlei Cordeiro encendió el fuego en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río 2016. Foto: Emmanuel Dunand / AFP
La realidad de Brasil: danza, poesía y bossa nova fueron parte de la sobria ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos 2016, los primeros que se realizan en Sudamérica.
La ciudad olímpica amaneció con un sol brillante. Parecía que sonreía para dar la bienvenida a los 10 500 deportistas de los 206 países que intervienen en la contienda. Pero no todo era luz, color y música, debido al temor a algún atentado terrorista, el operativo de seguridad comenzó desde las 06:00 con desvíos de tránsito en los sectores de la Villa Olímpica, donde se alojan los deportistas, y en el Parque Olímpico, sitio al que llegó también el presidente de Argentina, Mauricio Macri, para respaldar a sus deportistas.
Tres helicópteros militares patrullaban la zona.
El operativo más grande comenzó a las 14:00 en el sector del estadio Maracaná, donde se realizó la inauguración de la cita mundial. Sin embargo, la fiesta y el espíritu olímpico imperaron. La gente llegó desde la tarde al Maracaná, donde a las 20:00 (18:00 de Ecuador) comenzó la ceremonia. Brasil envió el mensaje de alegría, diversidad y tolerancia, en un momento cuando hay tensión, crisis y enfrentamientos en el mundo. En el interior de este país, los Juegos se han transformado en un analgésico ante la crisis política por las acusaciones de corrupción de la presidenta Dilma Rousseff, aunque también aparecieron carteles de ‘Fuera Temer’, actual presidente encargado.
La música fue el marco para las referencias históricas de la llegada de los portugueses y el encuentro con los indígenas. La Amazonía y sus sonidos también aparecieron en este recuento de hechos.
En el espectáculo, que duró tres horas participaron cerca de 8 000 deportistas pues no todos han llegado aún, y los que compiten hoy, no desfilaron. Participaron 300 bailarines, 200 músicos, se utilizaron 12 000 trajes y 36 000 metros de tejido.
El estadio estuvo completamente lleno. Se habilitaron 80 000 puestos y participaron 6 000 voluntarios.
La modelo Gisele Bündchen apareció al sensual ritmo de la Garota de Ipanema, mientras la bossa nova la interpretaron Caetano Veloso, Anitta e Ivete Sangalo.
El espectáculo tuvo como director a Fernando Meirelles, quien dirigió la conocida película ‘Ciudad de Dios’, el nombre de una favela, una de las más grandes y peligrosas de la ciudad carioca.