Los jugadores de Barcelona Sporting Club festejan el trunfo 5-0 ante Liga de Quito. Foto: Marcos Pin / EL COMERCIO
La auditoría que realizó Barcelona SC a sus cuentas obliga a la directiva a reestructurar el plan de pagos que había diseñado, durante su época de campaña, para cubrir el déficit acumulado del club, que actualmente suma USD 22,6 millones.
Cuando los hermanos Antonio y Luis Noboa Ycaza salieron del club, hablaron de una deuda general de USD 12 millones. Por ello, José Francisco Cevallos, actual presidente, propuso un plan económico que le permitiría sanear las deudas cancelando USD 3 millones por año, hasta el final de su período, en el 2019.
Sin embargo, el estudio que realizó la empresa auditora Execon demostró que la cifra real casi duplica a la que se decía. Eso preocupó a los actuales dirigentes, que buscan mecanismos de financiamiento.
Execon revisó las cuentas desde el 2011 hasta el 2015 y recopiló la información de la auditoría previa de la firma PKF. La cifra del déficit de USD 22,6 millones se confirmó la noche del miércoles en la asamblea de socios. Pero además, en esa misma reunión los asistentes se mostraron escandalizados por otro rubro que la auditora reveló: USD 37 millones. Esa sería la proyección del déficit de Barcelona al final de cuatro años por incumplimientos de contratos e incremento de intereses por mora.
Según Juan Alfredo Cuentas, vicepresidente financiero, “la real preocupación” es de los USD 22,6 millones, que se generaron por servicios básicos, impuestos, litigios con entidades del Estado, deudas con empresas privadas, obligaciones con empleados y clubes.
Durante la asamblea se informó que el club tiene 125 demandas en su contra, por distintas razones. Estas comprenden desde la temporada 1999 hasta octubre del 2015.
Ante ese escenario, los directivos están analizando nuevas formas de financiamiento para salir de la crisis que atraviesan. Para ellos será complicado cubrir el déficit, considerando que el presupuesto del 2016 es de USD 15 millones.
Barcelona apelará a la solidaridad de sus hinchas y socios y en las próximas semanas abrirá una cuenta de ahorros, en el Banco Pichincha, para que se realicen contribuciones.
El proyecto de la cuenta no se ha concretado aún, por eso al momento no han generado una proyección de ingresos.
Antes de terminar la asamblea, Cevallos reconoció que la deuda se duplicó y que se debe hacer ajustes. “No tenemos miedo, nos preparamos para retos como este”.
La directiva también busca acercamientos con sus acreedores para evitar el incremento de la deuda. “Hemos acordado la condonación de intereses para pagar solo el capital en algunos casos”, contó Cuentas.
Julio Díaz, vicepresidente administrativo, estaba asombrado con la proyección de USD 37 millones de déficit que se mencionó en la junta. Detalló que la auditoría también reveló contratos irregulares entre el club y empresas vinculadas con exdirigentes.
Según Díaz, “la directiva se reserva el derecho de llamar a juicios de repetición a los antiguos representantes del club”. Esta acción legal, permite reclamar la devolución de dineros que presuntamente se pagaron de forma irregular.
Rafael Verduga, miembro de la comisión de fiscalización, explicó que las acciones legales fueron recomendadas por unanimidad en la asamblea. “Nuestro principal problema fue la falta de información, nuestros predecesores no nos entregaron documentos”, dijo.
Evitó desglosar el monto del déficit de USD 22,6 millones que mostró la empresa auditora. Según su criterio, si la información se hace pública en su totalidad, podría agravar los problemas con los acreedores. Por eso el club mantendrá la información entre la dirigencia y socios.