El arquero Javier Burrai pasó del llanto a la gloria en Ecuador

Xavier Burrai lloró tras conseguir el campeonato de Barcelona. Foto: Barcelona SC

Xavier Burrai lloró tras conseguir el campeonato de Barcelona. Foto: Barcelona SC

Xavier Burrai lloró tras conseguir el campeonato de Barcelona. Foto: Barcelona SC

El llanto de Javier Burrai, al término de la tanda de penales que le dio el campeonato a Barcelona sobre Liga de Quito, conmovió a los jugadores e hinchas toreros. El arquero argentino levantó el trofeo de la LigaPro con lágrimas y la voz ahogada, por la muerte de su padre hace poco más de dos meses.

Emmanuel Martínez y Matías Oyola fueron los primeros en consolar al arquero, que desde octubre de 2020 grabó el nombre de su papá, Óscar Burrai, en sus guantes. El gaucho atajó dos penales y se los dedicó a su progenitor.

En la encuesta anual que realiza EL COMERCIO, Burrai logró 21 votos y fue escogido como el mejor jugador del campeonato. Participaron 28 entrenadores, asistentes técnicos.

El golero Burrai también fue elegido por la LigaPro como el mejor jugador de la final, que terminó igualada en el global 1-1 y que se definió 3-1 a favor de los guayaquileños en la tanda de penales. Su rendimiento le permitió a Barcelona conseguir la estrella 16.

“Te juro que fue mi viejo, él no estaba detrás del arco, estaba junto a mí”, repetía el deportista de 30 años con un llanto enternecedor. Su padre falleció el 19 de octubre, por complicaciones cardíacas, y eso lo obligó a regresar a Argentina, para el cortejo fúnebre.

Su desplazamiento fue de urgencia, abandonó –con un permiso especial- la concentración de Barcelona, que se alistaba para su partido ante Independiente del Valle, por el último partido del Grupo A de la Copa Libertadores.

A través de sus redes sociales, Barcelona extendió sus condolencias para el deportista argentino. Compañeros e hinchas también le expresaron sus sentimientos de pesar.

Seis días después de su pérdida volvió al arco, para enfrentarse a Liga de Portoviejo, en el estadio Reales Tamarindos. Ese 25 de octubre el gaucho fue una muralla y le permitió a su equipo conseguir un triunfo 2-0, de visita y con un hombre menos en la cancha.

En ese partido también sintió la ayuda espiritual de su padre. “Había pelotas que debieron entrar, una incluso me pegó en la cara. En los últimos cinco minutos de ese partido era imposible aguantar las lágrimas”, dijo, días después de enfrentar a la ‘Capira’.

Su desempeño fue reconocido por el entrenador del equipo, Fabián Bustos. El entrenador le dio continuidad en el torneo local y en la Copa Libertadores.

Los únicos partidos en los que no actuó fue por su calamidad familiar o por una lesión. “La valentía de Javier es incomparable, siempre estuvo comprometido con el equipo”, dijo Bustos, respecto del rendimiento del deportista, que disputó 32 juegos en el torneo local y recibió 21 goles. En la copa jugó en ocho ocasiones y recibió siete tantos.

Burrai, que se sumó en enero para suplir la partida de Máximo Banguera, tuvo un mal inicio de temporada. En febrero, en el sexto partido de los amarillos por el repechaje de la Copa Libertadores, ante Cerro Porteño, sufrió una fractura en el rostro tras una agresión de un rival paraguayo.

Su recuperación demandó un mes y estuvo obligado a usar una máscara de protección. La paralización del campeonato, a causa de la emergencia sanitaria del covid-19, le permitió tener más tiempo para superar su fractura.

El golero tiene contrato hasta finales del 2023. La directiva pagó la rescisión de su acuerdo con su exclub, Macará, por una cifra que bordeó los USD 173 000, lo que le permitió llegar en condición de ‘jugador libre’. El campeón se encuentra ahora en Argentina; volverá a mediados de enero.

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