Hoy (19 de junio de 2017) se cumple medio siglo de la victoria de Ecuador ante EE.UU., en la Copa Davis. Fotos: Joffre Flores/ EL COMERCIO.
Miguel Olvera y Francisco Guzmán aún se emocionan cuando recuerdan el hito que lograron en 1967, cuando conformaron el equipo ecuatoriano de Copa Davis, que derrotó a Estados Unidos en la final de América, por 4-1.
Antes de la serie, solo habían practicado una semana como equipo. Olvera atendía su escuela formativa y Guzmán llegó a la ciudad a última hora, tras abandonar el cuadro principal de Roland Garros por llamado de su selección.
Hoy (19 de junio de 2017) se cumplen 50 años de esa serie, que le dio el paso a Ecuador a las semifinales de la Davis, y los extenistas recuerdan con emoción lo que fue esa histórica serie, que finalizó 4-1 a favor de los ecuatorianos.
A sus 78 años, Olvera sigue entrenando a niños. Su escuela, ubicada en Lomas de Urdesa, norte de Guayaquil, cuenta con 30 estudiantes. Además de las clases, les cuenta a los menores sobre sus años de gloria.
El exdeportista, oriundo de Salitre en Guayas, se enamoró de la disciplina cuando tenía 10 años y asistía al Guayaquil Tenis Club (GTC) con su padrino, José Mayorga, que le daba mantenimiento a las canchas.
La próxima semana se lanzará un libro, donde se cuenta su historia personal, titulado ‘El incansable Miguel Olvera. La vida de un campeón’, escrito por Gonzalo Zurita.
Olvera, delgado y encorvado por el paso de los años, ya tiene el libro en sus manos, pero cuenta que solo pudo leer las seis primeras páginas. Se emocionó hasta las lágrimas cuando vio el texto.
El hombre se exalta cuando se le consulta sobre su pasado. Durante la entrevista prefirió quedarse de pie, para poder expresarse con libertad. Caminaba, saltaba, manoteaba y se reía con sus anécdotas.
Cuenta que nunca sintió nervios antes de los partidos, ni siquiera cuando enfrentó a Arthur Ashe, que era la primera raqueta estadounidense, al que derrotó, en la serie del 67.
“Creo que no tengo sistema nervioso, nunca me temblaron las piernas antes de un partido. En esa definición sabía que ellos eran los favoritos y tenían la presión”, cuenta entre risas el exdeportista.
Además de Ashe, los norteamericanos contaban con Cliff Richey, uno de los mejores en arcilla de la época, y con la pareja de Marty Riessen y Clark Graebner, considerados los mejores doblistas del mundo.
Olvera recuerda que tras ganarle a Ashe, se duchaba en el camerino y recibió la visita del capitán del equipo, Danilo Carrera, quien lo felicitó. “No me sentía el mejor del mundo, pero sí era importante, porque mi rival no había perdido ni un set en sus últimos 10 partidos”.
Ese triunfo igualó la serie, ya que un día antes Guzmán había caído ante Richey. ‘Pancho’ recuerda que el juego fue difícil porque –al contrario de Olvera- no controló los nervios.
En dobles los ecuatorianos, también se impusieron. Con un 2-1 a favor, la responsabilidad quedaba sobre los hombros de Guzmán, que participaba en la competencia después de cumplir con una gira por torneos europeos.
Aunque perdió el primer partido de la serie, logró recuperarse y ganó el punto definitivo ante Ashe. Recuerda que pensó “Olvera y yo estamos al mismo nivel, si él le ganó, yo también puedo”.
Se reía mientras contestaba las preguntas y recordaba que en esa copa el GTC estaba lleno y los aficionados que no lograron entrar e intentaban derrumbar las puertas.
Actualmente Guzmán, de 71 años, es el organizador de los torneos internos del GTC. Por problemas en su rodilla ya no enseña. Él formó a los hermanos Lapentti.
Carrera, actual presidente de la Federación Ecuatoriana de Tenis, se rompió el tobillo celebrando el primer triunfo de Olvera, cuenta que ese día se enyesó, en la Clínica Alcívar y acudió al juego de dobles, que se disputó en la tarde.