Aquel primer gol del Emelec que compartieron juntos en el estadio Olímpico Atahualpa selló para siempre un pacto entre Carlos Salazar y su hijo Damíán.
Ambos hinchas quiteños, para quienes no hay mejor color que el azul del ‘Bombillo’, compartieron por primera vez la grada de un estadio en un cotejo ante Deportivo Quito, en el 2008.
Desde aquella primera experiencia el ‘Ballet Azul’ ha sido parte de su vida en común. “Hemos comenzado una colección desde el 2008. Desde entonces tengo la camiseta de cada año y también balones, cuadernos y otras cosas que representan al Emelec”, afirmó Damián, de 15 años.
“Nos ha unido mucho como padre e hijo”, afirma el padre, quien empezó de niño a querer al elenco porteño a finales de los años 80′, sobre todo tras el campeonato de 1988.