Los pisos son de concreto pero reforzados con bambú. Foto: Cortesía Caemba
Don Juan es un pequeño caserío emplazado a unos cinco kilómetros al norte de Coaque, en la vía que lleva al cantón manabita de Pedernales.
Allí, Caemba (casitas emergentes de bambú) acaba de concluir con la construcción de 15 casitas de bambú tratado. El bambú que utiliza este colectivo no es la guadúa angustifolia sino el bambú gigante (Rododendro calamus asper), que puede llegar a medir hasta 30 metros y tener un diámetro de 30 cm o más.
Una de las ventajas de este tipo de material es que no se corroe con la sal y el salitre presentes en las playas; al contrario se curte y endurece.
Cada unidad habitacional habilitada en Don Juan mide 7 x 5 metros y fue levantada siguiendo los sistemas constructivos heredados por generaciones por los habitantes de la zona más unas pocas innovaciones, como el piso de concreto y bambú como refuerzo. Las cubiertas son de galvalume o acero/aluminio.
La estructura está elaborados con los bambúes más gruesos y rectos. Las paredes y tabiques, en cambio, están conformadas por latillas de bambú. Las ventanas y puertas fueron colocadas por los propios vecinos. La mayoría son de madera y vidrio, aunque hay algunas de aluminio.
Cada casa fue individualizada según las necesidades de cada familia, las cuales aportaron con mano de obra y elementos que habían salvado de sus casas destruidas en el terremoto. De esta manera, explica Manuel Pallares, se fomenta el sentido de pertenencia y se fortalece la organización comunitaria.