Editor deportivo
Twitter: @titorosalescox
Antonio Valencia es uno de los íconos del país. Llevó al Ecuador futbolero a un sitial que difícilmente logrará otro ecuatoriano en esta actividad. Jugó 14 años en Europa, en un alto nivel, en la mejor liga del mundo (Premier League).
Se mantuvo 10 años en uno de los clubes más rentables del mundo. Fue titular, capitán e ídolo entre los hinchas del Manchester United. Su profesionalismo es un emblema que queda para las próximas generaciones de futbolistas ecuatorianos que emigran. Sus cualidades técnicas lo
llevaron a ser titular en Recreativo, Wigan y el United, pero el intangible de él lo constituyó su estilo para cuidarse, su estado físico, alimentación, estilo de vida…, características que lo mantuvieron en un alto nivel. Él es un ejemplo y es necesario que se escuchen y se repliquen sus experiencias, consejos y hasta mirar quiénes conforman su entorno de consejeros o agentes de futbolistas que supieron guiarlo adecuadamente y no como esos que deambulan con aspiraciones inicuas y mirando sus beneficios y no el progreso de un deportista.
Lástima que las administraciones anteriores de la Ecuafútbol no valoraron a Valencia. Lo menoscabaron, algo similar también hicieron grupos de hinchas. Pero su liderazgo y cualidades técnicas aún pueden aprovecharse en la Tricolor, en ese tortuoso camino de las eliminatorias al Mundial de Catar 2022.
La herencia de Valencia es invalorable. Lo preocupante es que el país, actualmente, carece de futbolistas con esas cualidades, que migren y que puedan mantenerse al nivel que lo hizo ‘Toño’.