En Quito, específicamente, la época de lluvias y el periodo seco dependen de la dirección de los vientos cargados con nubes que llegan desde la Amazonía, las distintas corrientes que llegan desde la Costa y las montañas de la Cordillera de los Andes aleda

En Quito, específicamente, la época de lluvias y el periodo seco dependen de la dirección de los vientos cargados con nubes que llegan desde la Amazonía, las distintas corrientes que llegan desde la Costa y las montañas de la Cordillera de los Andes aleda

Así han variado las lluvias en septiembre y octubre en los últimos 20 años

En Quito, la época de lluvias y el periodo seco dependen de la dirección de los vientos cargados con nubes que llegan desde la Amazonía, las distintas corrientes que llegan desde la Costa y las montañas de la Cordillera de los Andes aledañas a la ciudad. Foto: Archivo EL COMERCIO

Definir las estaciones climáticas en Ecuador es más difícil que en otras latitudes del mundo. Esto, porque en los hemisferios Sur y Norte, las estaciones dependen directamente de la posición del Sol con respecto a ciertas regiones. En los veranos, por ejemplo, el sol sale mucho más temprano, alrededor de las 05:00, y se esconde alrededor de las 22:00. Durante los inviernos, el fenómeno es al revés: el sol sale recién a las 08:00 y se esconde a eso de las 17:00.

En Ecuador, son otros los factores que marcan las estaciones. En Quito, específicamente, la época de lluvias y el periodo seco dependen de la dirección de los vientos cargados con nubes que llegan desde la Amazonía, las distintas corrientes que llegan desde la Costa y las montañas de la Cordillera de los Andes aledañas a la ciudad.

“Quito tiene un patrón muy particular”, estima el ingeniero Óscar Ayala, técnico del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi). “La influencia del Oriente tiene condiciones marcadas por la presencia del Antisana y del Cayambe. Vienen los vientos, generalmente cargados con nubes, chocan con las estribaciones de los volcanes”, agrega.

En cuanto a la zona noroccidental de la capital, los factores de influencia son otros: “obedece a la influencia de la zona de convergencia y la influencia del mar, de acuerdo a la época, si responde a los monitoreos de las condiciones del fenómeno del Niño u otras”.

Por estas razones, las condiciones climáticas de Quito son distintas en cada sector. Así, no necesariamente tendremos el mismo clima en Tumbaco que en el sur de la urbe. Para sus monitoreos, el Inamhi divide a la ciudad en tres estaciones: Iñaquito (norte), Izobamba (sur) y La Tola (en el valle de Tumbaco).

El sector que registra mayor cantidad de precipitaciones es el sur de la ciudad, mientras que el valle de Tumbaco es la zona donde llueve menos. “Es notable la diferencia a nivel de distribución de precipitaciones de norte a sur. Y, más que nada, la diferencia entre el valle y Quito”.

En toda la Sierra, el patrón de distribución de precipitaciones es bimodal. “Esto quiere decir que tiene dos picos durante el año”, explica Ayala. El primer pico comienza en septiembre u octubre, mientras que el segundo, en el cual se registra una mayor acumulación de aguas, es en abril.

“La precipitación tiene que entenderse como una magnitud, como una intensidad y como una frecuencia. No es lo mismo que llueva una cierta cantidad en un día a que llueva lo mismo en varios días. Generalmente las condiciones persistentes son las que causan desastres naturales”, puntualiza el experto.

¿Por qué en los últimos años septiembre ha venido cargado de una menor cantidad de lluvias? El análisis de Ayala es que “existe una tendencia de aumento de precipitaciones en octubre, en los últimos 10 años. Mientras que en septiembre se tienden a reducir. Es decir, la descarga que se tiene en octubre compensa las ausencias de lluvia en periodos de transición, o sea en septiembre”.

Esto quiere decir que mientras más llueve en septiembre, menos llueve en octubre. Y viceversa: cuando no se registran precipitaciones en septiembre, en octubre se registran en mayor cantidad ¿Cuál es la razón de este fenómeno? “Los factores atmosféricos tienen que disipar energía. La energía está mantenida y de alguna forma tiene que, con el transcurso del tiempo, disiparse”, explica el ingeniero.

¿Este fenómeno tiene que ver con el cambio climático y las emisiones de CO2 hacia la atmósfera? El técnico asegura que “es diferente hablar de variabilidad climática y cambio climático. La variabilidad climática se refiere a variaciones en un estado medio, hablando en términos estadísticos. Generalmente ocurren en periodos cortos de tiempo”.

Por otro lado, “en el cambio climático, estas variaciones persisten y son más a largo plazo. Son cambios persistentes e irreversibles. Por ejemplo, en una zona donde solía llover, ya no llueve”. Como los cambios en los veranos quiteños no son constantes, no se puede concluir que Quito se encuentra afectado por esta situación.