El patio principal del Convento de San Francisco estaba lleno de gente, algo poco usual durante las noches. A pesar del frío y la lluvia que cayó en el Centro Histórico de Quito el pasado 28 de marzo del 2018, decenas de personas llegaron a este espacio religioso, uno de los más antiguos de la capital, para confesarse y prepararse para ponerse el traje de cucuruchos y verónicas en la procesión de Jesús del Gran Poder. Aunque no eran mayoría, entre estas personas había un importante número de jóvenes.
Este viernes, como todos los años desde 1961, alrededor de 2 000 cucuruchos caminarán por las calles del Centro Histórico de Quito y con cánticos, lamentos y llenos de fe recorrerán el casco colonial de la capital por cerca de cuatro horas. Cerrando este largo caminar pasará la imagen de Jesús del Gran Poder, escultura que da su nombre a la procesión de Semana Santa más importante de la ciudad.
El Fray Fabricio Pazmiño, vocero del Convento de San Francisco, asegura que la procesión cumplirá el mismo itinerario de todos los años. Primero saldrán los cucuruchos y las verónicas, a las doce la imagen de Jesús del Gran Poder partirá de la Iglesia de San Francisco, recorrerá las calles Cuenca, Bolívar, Venezuela y hacia el norte, Manabí, Vargas, José Riofrío, Venezuela, Manabí, García Moreno, Bolívar Cuenca y terminará en la plaza franciscana.
Dentro de los 2 000 cucuruchos que partirán de San Francisco estarán cuatro jóvenes que no superan los 22 años: Jazmín, Edwin, Soraya y José. Ellos caminarán portando la tradicional túnica morada y la máscara del mismo color y en punta, conocida como cucurucho.
Ellos harán este recorrido por fe, por gratitud y por seguir una tradición que la heredaron de sus padres. Estas son sus motivaciones:
Jazmín Medina
Foto: Archivo/EL COMERCIO
“Aparte del amor a Jesús, de sentir esa pasión, de acompañarle a él, me motiva tantos años que mi mami también ha recorrido. También, el vestirme, mi fe, lo que yo creo, el amor que yo tengo y esa curiosidad de estar ahí y caminar”.
Edwing Ortega
Foto: Archivo/EL COMERCIO
“Lo que me motiva es que pertenezco a un grupo juvenil y es como un sueño participar en esto. Por eso me gustaría no me gustaría hacerlo solo sino con mis otros compañeros del grupo juvenil”.
José Simbaña
Foto: Archivo/EL COMERCIO
“Lo que me motivo fue la fe que tengo en Dios, el amor y las cosas que me han pasado últimamente. Me motivo también mi familia, por su bienestar, voy a pedir mucho por ellos en el momento en el que esté caminando”.
Soraya Sánchez
Foto: Archivo/EL COMERCIO
“Lo que me motivo es que yo le hice una promesa al Hermanito Gregorio porque mi hijo mucho se enfermaba. Desde que yo hice la promesa de salir en la Procesión de Jesús del Gran Poder, desde ahí, mi hijo no se ha enfermado”.
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