Palabras en español tienen herencias gramaticales del latín y del griego. Foto: Pixabay

Palabras en español tienen herencias gramaticales del latín y del griego. Foto: Pixabay

La H no es muda, es herencia del griego

Palabras en español tienen herencias gramaticales del latín y del griego. Foto: Pixabay

A todos se nos enseñó en la escuela que la letra H es muda. Pero nunca se nos reveló que esa forma gramatical es herencia del idioma griego.

¿Has sufrido un hematoma? ¿Necesitarás un tratamiento hipodérmico? Estas dos interrogantes médicas, que se refieren a la acumulación de sangre causada por una hemorragia interna y a la aplicación de un tratamiento por debajo de la piel, son solo dos ejemplos del legado del idioma griego en el castellano.

A pesar de que la lengua helénica pueda parecer distante, en la medicina, , así como en otras ramas de las ciencias naturales, como la biología, se emplean términos en griego para describir sus ámbitos de estudio.

Pero a causa de la globalización y el posisionamiento del inglés y el mandarín, el aprendizaje de las denominadas “lenguas muertas”, específicamente el latín y griego, es cada vez menos extendido.

Esta suerte de desprecio ocurre a pesar de que las dos lenguas clásicas fueron fundamentales en la generación de conocimiento a lo largo de la historia. Así lo reconoce Miriam Merchán, docente especializada en Griego de la Pontificia Universidad Católica (PUCE). Desde su oficina repleta de libros, la experta contó que en los sistemas educativos actuales, se privilegia la tecnología en lugar de las humanidades. En parte, por la dificultad que implica su aprendizaje, ya que tienen una gramática más compleja que el castellano.

Antes de la irrupción de Internet, la enseñanza de griego era indispensable para los estudiantes de Teología, Jurisprudencia, Filología y Lingüística. Ni el propio Hércules los salvaba de ese periplo. Sin embargo, Merchán cree que cada vez es más difícil encontrar profesionales que se especialicen en griego: “Aprender esta lengua no es considerado rentable”.

Pese a esto, es fácil encontrar la influencia de la lengua helénica en el español. ¿La razón? El griego es considerado como la lengua base del castellano. “La H no está ahí por capricho, es un testimonio de ortografía que se mantiene a través de los tiempos”.

Pero, ¿para qué puede servir el griego en nuestros días? Merchán cree que conocer el origen etimológico de las palabras -que está en el griego- ayudaría a mejorar la ortografía de las personas.

Con eso coincide Richard Schneck, sacerdote estadounidense y profesor de latín en la PUCE. El religioso contó que el aprendizaje y conocimiento de latín está normado en una encíclica que dispuso el papa Juan Pablo II. El documento llama a los representantes de la iglesia a conocer esta lengua, ya que en algunas misas celebradas en el Vaticano, aún se usa el latín.

Además, los estudiantes de Teología e Historia de la Literatura clásica, deben entender esta lengua para interpretar los textos antiguos. Por ejemplo, hay investigadores que quieren profundizar en los documentos de la época de Santo Tomás de Aquino, escritos alrededor del año 1250. Y para hacerlo, deben dominar el latín.

En este punto, el latín saca ventaja de los traductores digitales. Hay un sinnúmero de textos de filósofos que no han sido traducidos del latín al español, por lo que su conocimiento sería muy útil.