Históricamente hablando, el morado es el color de la lucha contra la violencia de género por excelencia. Foto: Pixabay
Cada 25 de noviembre se reparten en ciertos lugares lazos de color morado. La gente los usa para mostrar su apoyo a la lucha de la no violencia contra la mujer que se conmemora anualmente en esta fecha. Este año hubo una particularidad, monumentos del mundo y desfiles se pintaron de naranja, pero también se mantuvo la tradición del morado.
Vamos por partes. Durante todo el día fue tendencia en las redes sociales la etiqueta OrangeTheWorld (algo así como pinta el mundo de naranja). Esta iniciativa fue lanzada por Únete, una campaña de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que busca incentivar a las personas a unirse “para poner fin a la violencia de género.
¿Por qué naranja? ¿Por qué morado? ¿Qué otros colores se asocian a esta lucha? Para esta última pregunta no hay una respuesta clara. En todo el mundo existen organizaciones que se apropian de uno -o varios- colores para simbolizar su lucha contra esta problemática social que, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta al 35% de las mujeres.
Ahora bien, dónde salió cada uno de estos colores. Únete se apropió del naranja para la lucha de este año. Esto porque este color simboliza en varias culturas el final de un ciclo y el inicio de uno nuevo. Entonces, el naranja invita a los ciudadanos a ser parte de un nuevo ciclo, uno sin violencia contra la mujer.
Pero la historia del morado va más atrás y tendremos que volver varios años en el tiempo y quizás recordarte algo que puedes haber aprendido en la clase de historia. Ahora estamos en el 25 de marzo de 1911 en Nueva York (EE.UU.) cuando ocurrió una tragedia en una fábrica textil de esa ciudad estadounidense grabada en los libros de historia como el incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist y le costó la vida a 146 personas, la mayoría de ellas mujeres.
Es más conocido que de ese día se desprende la celebración del Día Internacional de la Mujer (que anualmente se conmemora cada 8 de marzo). Sin embargo, de ahí también sale un color que representa la lucha de los colectivos femeninos: el morado, así lo explica Cristina Burneo docente de la Universidad Andina Simón Bolívar especializada en letras, traducción y género.
Según Burneo, el morado se adoptó como un símbolo de lucha contra la violencia hacia las mujeres por ese incidente. “Es un color simbólico que no necesariamente tiene que ver con el 25 de noviembre ni con el 8 de marzo”, asegura.
Y al regresar a la pregunta inicial ¿por qué el morado? Porque el día del incendio se estaban fabricando telas de ese color. Y aunque este es un hecho poco preciso, históricamente hablando, se ha convertido en algo simbólico, según Burneo.
Pero en Ecuador, otro símbolo y otro color buscan posicionarse como un referente de la lucha. Es un círculo relleno de color celeste con un hueco blanco en el centro adoptado por la campaña No Más Ecuador. Lisa Kohn, fundadora del proyecto, encontró la iniciativa en Estados Unidos en la campaña No More.org
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Ambos proyectos usan el símbolo celeste, “es un color de mucha luz”, asegura Kohn. Y da la impresión de que se estuviera ‘comiendo’ el punto blanco que simbolizaría un mundo con violencia. La artista tiene la esperanza de que eso es lo que suceda con la violencia de género, que vaya desapareciendo poco a poco. Kohn, artista y escritora, explica que trajo este proyecto al país porque no puede “vivir más siendo una mujer, una persona sensible y ver el nivel de violencia que vivimos a manos de la persona que más amamos y que más nos aman”.
Independientemente de los orígenes de tal o cual color para conmemorar las luchas de los colectivos femeninos, lo que interesa es el simbolismo detrás de ellos . La lucha ha adoptado varios emblemas que no son solo cromáticos, estos varían por olas, décadas y continentes, Sin embargo, “especialmente, en occidente, el color que nos une es el morado”, concluye Burneo.