Yihadistas del Estado Islámico atacan a quienes huyen de su último reducto asediado en Siria

Una mujer que lleva un niqab, lleva a un bebé en sus manos y camina al lado de un niño pequeño en las afueras de la ciudad siria de Baghuz, huyendo de los combates entre la coalición árabo-kurda y el Estado Islámico. Foto: AFP

Una mujer que lleva un niqab, lleva a un bebé en sus manos y camina al lado de un niño pequeño en las afueras de la ciudad siria de Baghuz, huyendo de los combates entre la coalición árabo-kurda y el Estado Islámico. Foto: AFP

Una mujer que lleva un niqab, lleva a un bebé en sus manos y camina al lado de un niño pequeño en las afueras de la ciudad siria de Baghuz, huyendo de los combates entre la coalición árabo-kurda y el Estado Islámico. Foto: AFP

El grupo Estado Islámico perpetró el viernes 15 de marzo de 2019 un atentado suicida contra la gente que huía de su último reducto, en la ciudad siria de Baghuz, matando a 6 personas, un nuevo episodio sangriento de una guerra atroz que cumple nueve años.

“Un atacante suicida se escondió entre quienes huían y se hizo estallar, matando a al menos a seis personas que querían irse” de Baghuz, en el extremo oriental de Siria, dijo a la AFP Jiaker Ahed, vocero de las Fuerzas Demócraticas Sirias (FDS), que añadió que dos otros kamikazes atacaron posiciones de esta alianza militar arabo-kurda causando sólo heridos leves.

El atentado se produjo mientras se estrecha el cerco en torno al último reducto de EI, en el día en que la guerra que ha devastado este país entra en su noveno año, con un balance de 370 000 muertos.

Las FDS, apoyadas por los bombardeos de una coalición internacional encabezada por Estados Unidos, tratan desde hace semanas de romper las últimas defensas de los irreductibles del grupo yihadista.

El “califato” autoproclamado por el EI en 2014 sobre vastos territorios entre Irak y Siria es ahora solo un campamento de túneles y carpas en los bordes del río Éufrates, no lejos de la frontera iraquí.

Pero el asalto final de la coalición arabo-kurda se ve entorpecido por ataques yihadistas, y por la incesante circulación de hombres, mujeres y niños que abandonan, a veces heridos y hambrientos, el reducto de Baghuz.

El viernes se podía oír el estruendo de los aviones de combate sobrevolando la línea de frente, pero los disparos de las metralletas apenas eran ya audibles, constató un corresponsal de la AFP .

“Algunas familias se rendirán. Yihadistas y sus allegados” , declaró el viernes a un equipo de la AFP Jiager Amed, un responsable kurdo. Las FDS “consolidan sus posiciones”, dijo.

Dispuestos a seguir hasta el final

Amed afirma que no está en condiciones de calcular cuantas personas están todavía en el reducto del califato.

“Los que siguen ahí están muy apegados a la ideología (del Estado Islámico). Hay muchos dispuestos a seguir hasta el final. Pero hay familias y niños y les damos la posibilidad de rendirse”, subrayó.

Según un comunicado de las FDS, “1 300 terroristas (combatientes del EI) y sus familias” se rindieron el jueves.

Según un cálculo hecho el jueves por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), 60 000 personas salieron del bastión yihadista desde diciembre. Uno de cada diez sería yihadista.

Los combatientes son detenidos por las FDS. Las mujeres y los niños son trasladados en camiones al campamento de desplazados de Al-Hol (noreste) .

Entre ellos hay muchos extranjeros a los que las FDS y Estados Unidos quieren repatriar a sus países de origen. Pero los Estados europeos se mostraron hasta ahora reticentes, temiendo la reacción de la opinión pública marcada por los atentados revindicados por el EI.

Sin embargo, Francia anunció el viernes que había repatriado a “varios” hijos de yihadistas, “de cinco años o menos” que estaban en campamentos de desplazados. “Estos niños reciben una atención médica y psicológica particular y fueron entregados a las autoridades judiciales”, según el ministerio de Relaciones Exteriores.

El EI reconoció por su parte, mediante un boletín de propaganda, la muerte de dos yihadistas franceses, Fabien y Jean-Michel Clain, en bombardeos de la coalición occidental.

Guerra compleja

La última fase de la batalla contra el EI es solo uno de los aspectos de la compleja guerra siria que este viernes entra en su noveno año.

Iniciada tras la represión del régimen a las manifestaciones pacíficas por la democracia en Dará (sur) y luego en la capital Damasco, el 15 de marzo de 2011, el conflicto involucra en la actualidad a movimientos yihadistas y potencias extranjeras.

Según el último balance revelado el viernes por la OSDH, más de 370.000 personas han muerto, entre ellas 112 623 civiles, de los cuales 21 000 niños y  13 000 mujeres, según la ONG. El resto de las víctimas son soldados sirios, rebeldes, yihadistas y combatientes kurdos.

También ha muerto unos 66 000 yihadistas, en su mayoría del Estado islámico (EI) y de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), que pertenecía al inicio a Al Qaida, según la fuente.

El conflicto sacó de sus hogares a 13 millones de sirios, más de la mitad de la población del país, que encontraron refugio principalmente en Turquía, Jordania o Líbano.

En los últimos años el régimen ha recuperado muchas zonas que había perdido ante los rebeldes y yihadistas gracias al apoyo de sus principales aliados, Rusia e Irán. Una tercera parte del territorio escapa todavía a su control.

La guerra ha causado destrucciones por un monto de USD 400 000 millones y eliminó sectores claves para la economía.

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