Yihadista canadiense detenido en Siria pide ser repatriado

Mohammad Ali, un jihadista canadiense de 28 años, capturado por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, por sus siglas en inglés) respaldado por Estados Unidos, habla en un centro de detención en la ciudad siria de Hasakeh, al noreste del país, el 10 de feb

Mohammad Ali, un jihadista canadiense de 28 años, capturado por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, por sus siglas en inglés) respaldado por Estados Unidos, habla en un centro de detención en la ciudad siria de Hasakeh, al noreste del país, el 10 de feb

Mohammad Ali, un jihadista canadiense de 28 años, capturado por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, por sus siglas en inglés) respaldado por Estados Unidos, habla en un centro de detención en la ciudad siria de Hasakeh, al noreste del país, el 10 de febrero de 2019. Foto: AFP

El yihadista canadiense Mohamad Alí, capturado en el este de Siria hace nueve meses cuando intentaba huir junto a su mujer y sus dos hijas hacia Turquía, pide ser repatriado a Canadá.

Aligual que él, centenares de yihadistas extranjeros detenidos por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) piden ser repatriados a sus respectivos países de origen, donde las autoridades se muestran reticentes debido a la hostilidad de la opinión pública.

Mohamad Alí, de 28 años, habló en el centro de detención de Hasaka (noreste de Siria) . Dos miembros de las FDS asistieron al intercambio. La AFP no pudo verificar de manera independiente el relato sobre su pasado y sus actividades en el grupo yihadista Estado Islámico (EI) .

El canadiense es hijo de paquistaníes. Se sumó al Estado Islámico en 2014 con el nombre de guerra Abu Turab al Kanadi. Dice haber sido interrogado por la CIA y responsables militares estadounidenses durante su detención por las FDS.

“Cada vez que me llevaban a un interrogatorio o a una entrevista, esperaba que fuera con alguien del gobierno canadiense, alguien que pudiese darme algo de esperanza”, indica Alí.

“Hasta ahora, nada. No tengo ningún lugar adonde ir”, dijo el joven vestido con yelaba gris, gorro y sandalias negras usadas.

Sin acuerdo

El ministerio de Relaciones Exteriores de Canadá indicó haber establecido un canal de comunicación con las autoridades kurdas sirias, pero agregó que no había ningún acuerdo para repatriaciones.

Según la ONG “Familias contra el extremismo violento”, unos 25 canadienses están detenidos por las FDS.

Como Canadá, varios gobiernos occidentales se muestran reticentes a repatriar a los combatientes yihadistas.

Mohamad Alí afirma que se unió al EI para luchar contra el régimen de Bashar al Asad.

Por su experiencia en la industria petrolera en Canadá, Alí dice haber trabajado durante cuatro meses en el “ministerio del Petróleo” creado por el EI, periodo durante el cual utilizó la red Twitter, en la que tenía muchos seguidores, para lanzar llamados a unirse al grupo yihadista.

Luego se convirtió en combatiente y en instructor, pero pretende haber “rechazado disparar a civiles”.

El canadiense dice estar “agotado” y toma largas pausas antes de murmurar sus respuestas.

'Esperan su hora' 

Fue en 2016 que el joven empezó a dudar del EI, que retrocedía frente a las ofensivas y empieza a castigar, según él, a los extranjeros. Un amigo holandés fue ejecutado, afirma, sin querer detenerse en el tema.

“Los extranjeros se sentían abandonados, librados a sí mismos, fueron utilizados y abusaron de ellos” en la organización, dice.

Alí pagó a un contrabandista para emprender junto a su mujer, también vinculada al EI y que conoció en Siria, un peligroso viaje hacia Turquía, desde la provincia de Deir Ezzor (este) .

Quería llegar hasta la embajada de Canadá en Ankara, pero la familia fue detenida antes de cruzar la frontera, dice.

Desde su arresto, dice que no fue autorizado a reunirse con su mujer o sus hijas instaladas en campamentos de desplazados administrados por las FDS, ni contactar con su familia en Canadá.

El último foco de resistencia del EI en Deir Ezzor es objeto de una ofensiva de las FDS y, en los últimos dos meses, centenares de extranjeros del grupo yihadista huyeron del sector.

Mohamad Alí sabe que puede ir a prisión si regresa a Canadá. Pero pide que no se lo ponga en la misma bolsa que a los otros yihadistas extranjeros conocidos por sus crímenes, como los británicos Alexandra Amon Kotey y El Shafee el Sheij, que ejecutaron rehenes.

Aunque el EI está por perder todo control territorial en Siria, Alí dice que los yihadistas siguen siendo peligrosos, y podrían volver a organizarse.

“Entre los sirios e iraquíes muchos se esconden entre la población (...) Podrían reorganizarse”, advierte. “Tienen allegados en el desierto, gente que se hace pasar por civiles, que espera su hora”.

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