Vulcanólogos monitorean al Cotopaxi

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Andinistas reportaron al Geofísico que el 22 y 23 de mayo se sintió un fuerte olor a azufre, sobre los 5 700 m de altura. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

En los últimos días, la actividad sísmica y la emisión de gases en el volcán Cotopaxi aumentó considerablemente. Según el Informe especial N° 2 del Instituto Geofísico, en los tres primeros meses de este año se registraron cinco sismos. Luego, estos eventos llegaron a los 628 en abril y a 3 121 en mayo. Además, la emisión de dióxido de carbono bordeó las tres toneladas.

Alexandra Alvarado, jefa del área de Sismología del Geofísico, explica que los movimientos telúricos fueron localizados a una profundidad de 13 y hasta 14 kilómetros. Se registraron variaciones con respecto a su inclinación.

Desde hace algunas semanas, los técnicos recorren el edificio volcánico, en equipos de entre dos y tres personas. Hacen mediciones de gravimetría y de desplazamiento de los flancos. El objetivo es saber si los costados del coloso se están inflando.

Además, los vulcanólogos ascienden a la cumbre para medir la salida de gases y hacer un mantenimiento preventivo de los equipos, para asegurarse de que las estaciones de monitoreo funcionan perfectamente. “Las cámaras de video ayudarán a determinar el posible descenso de lahares por las diferentes quebradas del coloso”, dice Alvarado.

Aunque el Geofísico explicó el martes que no habrá una erupción inmediata y que es posible que se esté iniciando, la situación actual del Cotopaxi preocupa a los técnicos de la Secretaría de Gestión de Riesgos. Una eventual erupción afectaría a Latacunga, Pujilí, Salcedo, Saquisilí y Sigchos, en la cara sur del Cotopaxi. Mientras que en el norte, podría llegar a Sangolquí, San Rafael y el valle de Los Chillos.

Una erupción generaría columnas de ceniza y descenso de polvo volcánico a zonas aledañas. El avance de los flujos piroclásticos dependería del deshielo del glaciar que cubre el cráter, según Alvarado.

“El material bajaría por las diferentes quebradas y causaría el aumento de los niveles de los ríos San Pedro y Cutuchi. En el caso de salida de lava, solo llegaría hasta las faldas del volcán”.

La técnica del Geofísico indicó que el proceso eruptivo no ocurriría una sola vez, sino que tendría procesos largos semejantes al del Tungurahua, que inició su proceso de erupción en 1 999.

Para Pablo Morillo, coordinador zonal de la Secretaría de Riesgos, de ocurrir un evento eruptivo se podría acoger algunos de los planes de contingencia que han diseñado los comités de operaciones de emergencia de las provincias de Tungurahua y Chimborazo.

Para ello se determinará con cuánto personal policial y militar, vehículos de rescate y ambulancias se cuenta para una posible evacuación. Otro tema será la distribución de brigadas de salud.

Está previsto que en los próximos días se inicien talleres con las ocho mesas de trabajo, en áreas de infraestructura estratégica, acceso y distribución de agua, asuntos sanitarios, salud, educación, productividad y otros.

Morillo dijo que se capacitará a las brigadas de respuesta y de administración de albergues. También se hará campañas de información sobre las medidas de protección para personas, animales e infraestructura. Agregó que se planifica realizar simulacros en las poblaciones que podrían resultar afectadas.

Actividad sin relación

Los técnicos del Instituto Geofísico descartan la influencia de otros volcanes en la actividad del Cotopaxi. Alvarado explica que cada proceso eruptivo es distinto.

La vulcanóloga asegura que el volcán Wolf de la isla Isabela, en Galápagos, aún no entra en proceso eruptivo. “Los parámetros de actividad son idénticos a los que presenta el Cotopaxi”, comentó Alvarado.

Los volcanes Reventador, Sangay, Guagua Pichincha y Tungurahua presentan alguna actividad eruptiva, pero no están asociadas entre sí.

En el Guagua Pichincha se registraron 66 eventos volcanotectónicos del 18 de abril al 4 de mayo. También hubo incremento de vapor y gases. Por ello, el 19 de mayo se restringió el acceso al cráter del volcán.

Hasta el 26 de mayo, la actividad del Tungurahua estaba en un nivel moderado, aunque esta suele variar periódicamente.

En contexto

El macizo incrementó su sismicidad desde abril. Las poblaciones de Latacunga, Pujilí, Salcedo, Saquisilí y Sigchos, ubicadas en la cara sur, y Sangolquí, San Rafael y el valle de Los Chillos serían las más afectadas, de ocurrir una erupción volcánica.

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