La visita de Jacobson lima las asperezas con EE.UU

El Embajador Adam Namm (izq.), Roberta Jacobson, Ricardo Patiño y Fernando Coredero en la cita de ayer. Foto: EL COMERCIO

El Embajador Adam Namm (izq.), Roberta Jacobson, Ricardo Patiño y Fernando Coredero en la cita de ayer. Foto: EL COMERCIO

El Embajador Adam Namm (izq.), Roberta Jacobson, Ricardo Patiño y Fernando Coredero en la cita de ayer. Foto: EL COMERCIO

La cita se inició con estrechones de manos y sonrisas. Así recibieron las autoridades ecuatorianas a sus invitados estadounidenses ayer, en la Cancillería. Roberta Jacobson, secretaria adjunta de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental, y el embajador Adam Namm se reunieron con el canciller Ricardo Patiño.

¿De qué hablaron? Pocos -ellos y los asistentes- lo podrán decir. Y eso no quieren. Roberta Jacobson abandonó la Cancillería sin decir mayor cosa, apenas las palabras a las que recurre todo diplomático: “tenemos toda la voluntad de cooperar en los temas de interés mutuo, como hemos dicho varias veces”.

La visita de Jacobson se concretó después de dos intentos fallidos. El primero, en junio, se canceló por problemas de agenda; el segundo, en julio, se postergó por motivos de salud de la Secretaria Adjunta.

Pese a la calurosa bienvenida, la relación bilateral con Washington ha sufrido constantes altibajos durante el gobierno del presidente Rafael Correa, especialmente desde 2008 con el bombardeo de Angostura. Patiño afirmó, al concretarse la cita por tercera ocasión, que este sería uno de los puntos a tratar. “Necesitamos una respuesta” sobre la presunta participación de la CIA en el ataque al campamento de las FARC, ubicado en la frontera ecuatoriana.

Y así fue. Seis años después del bombardeo hubo una respuesta. Al final del encuentro, el Canciller afirmó que lo habían discutido y que es uno de los puntos conflictivos en la relación bilateral. Pero no dio los detalles porque, dijo, debe informarlos al Mandatario antes de hacerlos públicos.

En anteriores ocasiones, Patiño también afirmó que discutirían los casos de extradición pendientes: de los hermanos Roberto y William Isaías, del expresidente Jamil Mahuad, del general Édgar Vaca y de Pedro Delgado. La respuesta que obtuvo fue que hay “la disposición de parte del Ejecutivo de Estados Unidos de colaborar, en función de lo que la ley establece, para que los trámites sean más ágiles y no hayan interrupciones”.

La jornada empezó con una breve reunión, en el primer piso, encabezada por el vicecanciller Leonardo Arízaga. Y, alrededor de las 10:30, se trasladaron al despacho del Canciller, en el quinto piso. Según un comunicado de la Embajada, el objetivo del encuentro era reforzar la cooperación bilateral en temas de interés común: educación, comercio, seguridad, patrimonio cultural y energía limpia.

Patiño confirmó que efectivamente esos fueron los ejes que discutieron, puesto que ni la Cancillería ni la Embajada dieron a conocer la agenda puntual. “Hemos planteado el tema de la cooperación, pero con la concentración que nosotros queremos tener” (sic).

La cita se extendió por casi cinco horas. Solo quedó fuera de la agenda concretar una futura visita del secretario de Estado, John Kerry.

Por Ecuador participaron además los ministros Fernando Cordero, de Defensa; José Serrano, del Interior; María Landázuri, viceministra de Movilidad Humana; Genaro Baldeón, viceministro de Comercio Exterior; Nathalie Cely, embajadora en Washington; y Humberto Cordero, subsecretario de la comunidad migrante.

Por Estados Unidos asistieron los consejeros Douglas Koneff, ministro consejero; Nicole Weber y Andy Hamrick, del área Económica y Comercial; Tim Peltier y Tyler Sparks, de Asuntos Políticos; y Heide Fulton, de Prensa y Cultura.

Durante el momento en que la prensa tuvo acceso a la reunión, las autoridades dialogaban sobre temas de educación superior, salud y patrimonio. Con una amplia sonrisa, el embajador Namm destacó que la agenda bilateral es positiva, “en la medida de lo que podemos hacer”, dijo entre risas. Y el comentario se perdió entre las de los demás.

La relación con el Embajador también ha tenido altibajos. Namm llegó al país en mayo de 2012, para restablecer las relaciones bilaterales que fueron cortadas tras la expulsión de su predecesora Heather Hodges, en abril de 2011. Pero el diplomático ha sido criticado por el presidente Correa, especialmente en las sabatinas.

En una ocasión lo calificó de “metidito” y “malcriadito” por su participación en un evento por la libertad de expresión, organizado por Fundamedios, en mayo del año pasado. Y seis meses después le pidió que “no se meta en lo que no se tiene que meter” y se porte bien, por un comentario que Namm hizo sobre la relación de Ecuador con Irán y Bielorrusia.

La visita de Jacobson no fue solo para reunirse con el Gobierno. Incluyó citas con representantes de los sectores político, económicos y de la sociedad civil. Pero ese fue un tema que la Embajada ni la Secretaria quisieron comunicar.

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