Entrevista a Víctor Aráus comandante de la Policía de Quito. Foto: EL COMERCIO
¿Por qué Quito llegó a los niveles de violencia reportados en los últimos días?
Todos los hechos que han causado conmoción en la ciudad nos han llamado mucho la atención en la Policía. Efectivamente, hay casos de personas que son víctimas de asaltos, de robos, pero actuamos apenas conocemos la noticia a través de redes sociales u otros medios. Ya no es necesario tener una denuncia o una delegación de la Fiscalía.
¿Cómo hacer para que la tranquilidad regrese a Quito? Hay temor entre los ciudadanos.
Estamos planteando cuatro cosas muy puntuales. La primera es trabajar conjuntamente con todos los ejes investigativos y de Inteligencia. Esto nos permitirá tener una mejor reacción ante esto tipo de hechos. Lo segundo es fortalecer a la Policía preventiva. Luego vamos a retomar con fuerza el trabajo conjunto con la comunidad a través de las asambleas comunitarias. El cuarto punto es el trabajo conjunto con la Fiscalía.
¿Se aflojó el trabajo en estas áreas y la delincuencia sorprendió a la ciudad?
Mire, ¿qué es lo que llama la atención? La violencia con la que estos eventos ocurren. Entonces estamos trabajando para determinar por qué se está dando este tipo de casos. Antes, efectivamente, se daban robos y asaltos, pero no de la manera violenta como ocurre hoy. Causaron mucha preocupación los robos en Cumbayá, en Tumbaco, en Miravalle, pero esa organización delictiva ya fue detenida. A raíz de eso descendieron considerablemente los robos en esos sectores.
Pero el problema no solo se presenta en esos puntos, sino en toda la ciudad.
Sí. Se han identificado 16 puntos en donde las bandas atacan a los ocupantes de los vehículos que están en medio de la congestión vehicular, especialmente en horas pico.
¿En dónde se encuentran esos 16 puntos?
En el redondel de los Granados, en el redondel de El Condado, en el sector de El Bosque, en los alrededores de La Carolina, en la entrada a los túneles, en Chillogallo, etc.
Usted dice que en esos lugares hay bandas que atacan en horas pico, pero en ese lapso no hay policías en esos sectores.
Estamos hablando que entre las 17:00 y las 20:00 hay mayor congestión vehicular y hay ataques a las personas. Entonces, sí hay presencia policial. Ahora, cuando llega la Policía, los delincuentes migran a otros sectores. Ahí entran a trabajar los servicios de Inteligencia e investigación, para saber a dónde se fueron. En este caso, hay que reconocerlo: fuimos víctimas de una ola de asaltos, de una ola de ataques y nos tocó reaccionar inmediatamente como Policía Nacional. Estamos previniendo ese tipo de hechos.
¿Dice que les cogió de sorpresa esta ola delictiva?
Sí, sobre todo por la forma en que estaban actuando. Las últimas tres semanas fue bastante preocupante la cantidad de denuncias y la cantidad de eventos que tuvimos. Por supuesto que la gente está asustada, pero estamos trabajando. Esa percepción de inseguridad que tiene la gente también la entendemos. Hemos realizado 49 000 operativos desde enero hasta la fecha.
Hemos detenidos 1 605 personas por varios delitos. Se han decomisado 933 armas blancas, 55 armas de fuego, se han recuperado 84 vehículos, 63 motos y se ha retirado a 30 400 sospechosos y libadores. Se han desarticulado 12 organizaciones delictivas
Pero también hay cifras que muestran que hay un aumento del 5,59% en robo a personas y 51,52% en robo a motocicletas.
Pero esas son cifras hasta febrero. Ahora estamos por finalizar abril y estamos trabajando y las cifras están en decremento. En este momento tenemos unos 40 o 50 eventos (delitos) que superan las estadísticas del año pasado. Pero si tenemos en cuenta que esas cifras, hasta hace uno o dos meses, estaban bordeando los 140 o 150 delitos significa que la Policía está haciendo un trabajo importante. Decir que el delito va a desaparecer sería irresponsable de mi parte, pero estamos trabajando de manera inmediata y eficaz ante los hechos violentos que se han detectado.