Entrevista al vicepresidente Otto Sonnenholzner. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Este miércoles 11 de diciembre del 2019 cumple su primer año en la Vicepresidencia. ¿Qué acuerdos se lograron durante su gestión?
Son muchos y en distintas áreas. Gracias al diálogo en el proyecto de Ley de Simplificación Tributaria que aprobó la Asamblea se crea una línea de crédito agrícola preferencial a menos del 7% de interés, también se propone un régimen simplificado de impuestos. Del Acuerdo nacieron compromisos con unos 40 municipios para que prioricen obras de agua potable y saneamiento.
Hemos destinado casi USD 1 500 millones para este tipo de obras. En la educación estamos de acuerdo en la necesidad de erradicar el adoctrinamiento ideológico, devolver la formación en valores, recuperar escuelas rurales, revisar el examen Ser Bachiller y fortalecer el bachillerato técnico. De la mesa de la democracia salió la Ley de Extinción de Dominio.
¿Cómo están las mesas del Acuerdo Nacional?
Aproximadamente 7 000 personas y unas 400 organizaciones han participado. Además de lo ya mencionado, se suscribió el acuerdo para el acceso a la justicia de las víctimas de violencia, el lanzamiento de la Hoja de Ruta Logística, el Pacto por la Formación Dual…
¿En qué avanzó la implementación de la denominada Agenda 2030?
El Acuerdo Nacional y sus compromisos son la base para su cumplimiento. La pobreza extrema en la población rural, donde hemos intensificado el trabajo, se redujo de 21,6% a 17,4%. Esto significa que más de 230 000 personas dejaron de ser pobres, de ellas, 140 000 son niños y niñas. Esto puede interpretarse como una especie de resultado temprano.
El Jefe de Estado le encomendó atraer inversiones, ¿se logró ese objetivo?
Este año hemos ido a Alemania, Francia, España, Estados Unidos y a Catar, con el objetivo de fortalecer las relaciones bilaterales, recuperar la confianza internacional y ampliar la cooperación en diferentes áreas. Este es un tema al que voy a dedicarle más tiempo en 2020.
¿Por qué el Acuerdo y el Diálogo no abordaron los problemas que se dieron con las medidas que ocasionaron el paro nacional?
Hemos tomado decisiones que no son populares pero son las correctas. Sabíamos que la eliminación de los subsidios no era una medida popular, pero sí necesaria. Fallamos en la comunicación. He recorrido comunidades y pregunto a la gente si salieron a protestar por el subsidio y nos damos cuenta de que la mayor razón fue por las mentiras, como que el Gobierno da bonos a (ciudadanos) venezolanos. Ahora tenemos la obligación de abordar mejor este tema.
¿Cómo cambió el paro de octubre el escenario para la búsqueda de acuerdos con diversos sectores del país?
Ecuador ahora está en paz. A escala regional, es el único país que ha logrado salir de un proceso de movilizaciones y violencia. Hemos trabajado directamente con las autoridades y las comunidades. Perdimos mucho como país, en primer lugar vidas humanas y en lo económico alrededor de USD 800 millones. Pero nos estamos recuperando, continuamos en las mesas de diálogo analizando de mejor manera la focalización de subsidios para que se beneficie o compense a los que realmente lo necesitan.
Los indígenas y algunos sindicatos que se paralizaron señalan que no se palpan resultados del diálogo.
Insisto. El Ecuador conoce que la apertura ha sido permanente. Si algunos dirigentes dicen que no hubo diálogo, es porque ellos jamás lo buscaron. Nunca vamos a responder palabras de odio con odio. Nosotros no estamos en campaña ni ganando popularidad para las próximas elecciones.
¿Usted forma parte del espacio de toma de decisiones del Ejecutivo que se conoce como mesa chica?
En el Gobierno todos trabajamos por objetivos comunes, hay que gobernar y tomar decisiones con el Presidente y su equipo de trabajo, yo colaboro en toda la gestión del Ejecutivo dentro y fuera de Carondelet.