Cancilleres y embajadores de países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) posan para una foto colectiva al final de la sesión plenaria de la 70ª Asamblea General del organismo el lunes 4 de junio de 2018, en Washington (EE.UU.). Foto: Lenin Nolly / EFE
La Asamblea General de la OEA, la cita anual más importante de la organización que agrupa a los países de América, arrancó en Washington este 4 de junio del 2018 con la firme decisión de Estados Unidos de lograr la suspensión de Venezuela y con la entrada en el temario de la crisis en Nicaragua, hasta hoy excluida.
“Además de la suspensión, pido medidas adicionales contra el régimen de (Nicolás) Maduro hasta que exista la presión necesaria para que la gente pueda tener acceso a ayuda humanitaria”, instó el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, ante el resto de los cancilleres, que son los que participan en estas reuniones.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo (c), participa en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos el 4 de junio de 2018, en Washington (Estados Unidos). Foto: Lenin Nolly / EFE
Estados Unidos y seis países del Grupo de Lima presentaron hoy un proyecto de resolución que llevan días negociando y que, de ser aprobado mañana tal y como está, supondría el inicio del proceso para suspender a Venezuela en la OEA. La situación en el país latinoamericano se ha convertido en prioridad para Gobiernos que, como Colombia y Brasil, sufren directamente los efectos de la crisis migratoria desencadenada por la urgencia humanitaria.
Según la ONU, 1,5 millones de venezolanos dejaron el país entre 2015 y 2017. Y el presidente estadounidense, Donald Trump, que ha llegado a asegurar que no descarta la opción militar en Venezuela, ha hecho de ella el centro de su política latinoamericana. Le da oportunidad en clave interna de mostrar fuerza en un problema cercano a casa. Los 18 votos sobre 34 necesarios para pasar la resolución sobre Venezuela están: los 14 del Grupo de Lima y los de Estados Unidos, Jamaica, Bahamas y Barbados, según supo dpa de fuentes diplomáticas.
Los votos que, al menos de momento, no estaban hoy asegurados son los 24 que se precisarían en una posterior Asamblea General Extraordinaria para que la suspensión sea aprobada.
El Grupo de Lima fue creado para presionar a Maduro tras el fracaso de la Asamblea General del año pasado en Cancún, que fue incapaz de aprobar un solo documento sobre Venezuela por la división existente entre los países y, en último término, por el bloqueo de las naciones caribeñas que reciben petróleo barato venezolano. De él forman parte, entre otros, los seis que presentaron formalmente la propuesta de resolución junto a Estados Unidos: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, México y Perú. “¿Cómo nos van a suspender de donde ya nos fuimos?”, se preguntó retóricamente el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza.
El presidente Nicolás Maduro inició el año pasado el proceso para sacar al país de la OEA, algo que no ha ocurrido jamás en su historia y que será efectivo en abril de 2019. Estados Unidos, dijo el venezolano dirigiéndose a Pompeo, es el “dueño del circo” y el “director ejecutivo de la corporación de países”. “Venezuela está de salida”, insistió Arreaza. “Estamos contando los días para retirarnos”.
Venezuela estaba llamada a ser el tema central de esta 48 Asamblea General desde las elecciones en las que Maduro fue reelegido el 20 de mayo y que la OEA le había pedido suspender por carecer de garantías democráticas. Estados Unidos y el Grupo de Lima desconocieron esos comicios, como también lo hizo la Unión Europea. Lo que no estaba previsto en la cita era abordar la crisis en Nicaragua, pese a que los muertos son ya un centenar desde el inicio, a mediados de abril, de las protestas contra el Gobierno del ex guerrillero sandinista Daniel Ortega, que comenzaron por una reforma por decreto de la seguridad social que ya ha sido derogada. Pero el malestar y las críticas aumentaron en los últimos días en paralelo a un nuevo recrudecimiento de la violencia en las calles nicaragüenses. Y la presión sobre la organización panamericana hizo finalmente efecto y la Asamblea General votará mañana un proyecto de declaración al respecto. Este, no obstante, parece un acuerdo de compromiso -fue presentado formalmente de hecho por Estados Unidos y Nicaragua- y no condena explícitamene a Ortega por la represión en las calles como pedían los manifestantes nicaragüenses que el domingo y el lunes se concentraron frente a la sede de la OEA.
El texto “exige el cese inmediato de los actos de violencia”, sin reponsabilizar directamente a nadie, y llama al “Gobierno de Nicaragua y a otros actores sociales a que demuestren compromiso y participen constructivamente en negociaciones pacíficas”. Según dijeron fuentes diplomáticas a dpa, tiene gran posibilidad de ser aprobada en la reunión, con más votos de los 18 necesarios. Pese a lo medido de las palabras en ese texto, el secretario Pompeo fue bastante más duro con Ortega en su intervención en el plenario. “En Nicaragua han muerto cientos solo por expresarse”, dijo en el plenario.
“Instamos al Gobierno de Nicaragua a rendir cuentas por estas muertes”. La OEA, con sede en Washington, reúne a todos los países del continente excepto a Cuba, que no ha pedido la activación de su participación desde que en 2009 se levantó la suspensión que se le había aplicado en 1962 por su alineamiento con el bloque comunista.