Las familias de migrantes que llegaron en la madrugada de ayer a Huaquillas esperaron el trámite migratorio para ingresar a Perú. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
El día nublado hizo menos tortuoso el cruce de miles de migrantes venezolanos hacia el territorio peruano, en la frontera con Ecuador.
Familias enteras de migrantes, con maletas, bolsos y cobijas, aguardaron ayer para tramitar su ingreso en el Centro Binacional de Atención Fronteriza (Cebaf), en el departamento peruano de Tumbes, a pocas horas del pedido de visa y pasaporte, que entra en vigencia hoy en el país vecino.
Una larga columna de migrantes marcó la jornada en la tienda de salud, a la espera de una vacuna antiviral.
Esa dosis fue el primer paso para cumplir con el trámite migratorio. Hasta ayer se les permitió entrar al Perú con carta andina, cédula e incluso sin pasaporte. Muchos de los ciudadanos se acogieron al proceso de refugio en las tiendas de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Según Roxana del Águila, superintendenta de Migraciones del vecino país, entre el lunes y el mediodía del pasado viernes 14 de junio de 2019 ingresaron 18 600 venezolanos.
Para dar una atención eficaz se incrementó de 11 a 30 los puntos de atención migratoria. Ella preveía atender ayer entre 6 000 y 7 000 personas.
“Tenemos un drama con los menores de edad, por eso el Estado peruano ha aplicado medidas de vulnerabilidad y se adoptó un módulo especial para que ellos accedan al Perú con más facilidad”.
Muchos venezolanos adelantaron su viaje para evitar el pedido de la visa. Pero también algunos que ya residían en Ecuador o Colombia decidieron cruzar a Chile ante la poca información sobre lo que sucederá con quienes quieran usar a futuro a Perú como tránsito para llegar a otros países.
Héctor Muñoz, de 41 años, dejó su natal Aragua para ir a Lima junto a siete familiares, entre ellos, dos niñas de 4 y 6 años. “Tuvimos que adelantar el viaje ante la noticia de la visa, vamos a empezar de cero”.
Su salario en Venezuela como chofer equivalía a USD 15 mensuales y no alcanzaba para costear el arriendo de su casa.
También Jonathan Pérez, de 25 años, arribó ayer a Huaquillas en los buses que facilitó la Prefectura de Pichincha y que partieron la noche del jueves desde Rumichaca. Él había caminado cuatro días en Colombia antes de llegar a Ecuador.
Él no tiene definido qué tipo de trabajo hará en la capital peruana, pero sí dijo que en Falcón su salario como comerciante le alcanzaba apenas para una cubeta de huevos. “Ya no se podía vivir”.
Leonaldi Meza agradeció la ayuda de sus compatriotas en Quito, pero decidió ir a Santiago de Chile. Hace 20 meses llegó a la capital ecuatoriana, pero no encontró trabajo. “No se sabe qué va a pasar con los que vamos de tránsito, así que preferí irme ahora. Agradezco a Ecuador por el apoyo, pero lamentablemente colapsó por tanta gente”.
Cerca de él estuvo Adrián Araujo. Él dejó Barinas hace ocho días y empezó una travesía por Colombia y Ecuador. Dijo que su plan no era viajar ahora, pero el anuncio peruano lo hizo “improvisar”.
Regina de la Portilla, oficial de Comunicación de la Acnur, comenta que detectaron que los migrantes llegaron este viernes con “una ansiedad alta”. La ONG aplicó un plan de contingencia para orientar y ayudar a los extranjeros.
“Hemos brindado apoyo de transporte para las personas más vulnerables. Los ayudamos a llegar a Tumbes y estamos apoyando con albergue temporal porque hay algunos que salieron con urgencias y no tienen a dónde llegar”.
Los viajeros venezolanos siguen llegando al Puente Internacional de Rumichaca para ingresar a Ecuador e intentar viajar al vecino país del sur. Foto: Àlvaro Pineda / EL COMERCIO
La oleada migratoria no se detiene en Rumichaca
Miles de venezolanos aguardan en Rumichaca para ingresar a Ecuador. Norquimar Segovia aspiraba llegar ayer a Huaquillas. La mujer, sentada sobre unas maletas, esperaba a las 09:25 un autobús en la Terminal Terrestre Ecuador, de Tulcán, para viajar a Quito y luego tomar otro vehículo hacia la frontera sur del país.
El centro de pasajeros registró una relativa calma en la mañana, luego de que el día previo una multitud de viajeros ocupara los 162 buses que salieron con destino a Quito, Guayaquil y Huaquillas, principalmente.
Hace 20 días, Segovia retornó de Lima a Guanare para recoger a su hija y a su madre. Por temor a la restricción, las tres mujeres adelantaron su viaje, previsto inicialmente para el 20 de junio.
A Cúcuta, en el límite entre Colombia y Venezuela, llegaron el domingo anterior.
La mañana de ayer hubo aglomeración de migrantes en los dos lados de la frontera.
Se calcula que el jueves último cruzaron por Rumichaca unas 6 000 personas. Por eso, ayer subió de 12 a 18 las ventanillas de atención en la Oficina de Migración de Ecuador. Un funcionario calcula que cada ventanilla atiende, en promedio, 68 usuarios cada hora.
Ante una posible crisis migratoria, el defensor del Pueblo, Freddy Carrión, exhortó al Gobierno ecuatoriano a ‘adoptar medidas urgentes’ para atender esta situación.
Le pide que diseñe una adecuada política de respuesta a la crisis y que se informe sobre el plan de contingencia con enfoque de derechos, el cual debe ser coordinado con los gobiernos locales de la frontera.
Carrión explicó que así se prevendrá la explotación, la trata y el tráfico de personas, y que se dé acceso a los servicios básicos, salud y alimentación.