El Hospital Gustavo Domínguez, de Santo Domingo, tiene 22 pacientes críticos; más enfermos esperan una cama. Foto: Cortesía Hospital Gustavo Domínguez
Ya ni las sillas de las áreas aledañas a las unidades de cuidados intensivos (UCI) de los hospitales alcanzan para acoger a más enfermos graves con el covid-19.
En Santo Domingo, 30 pacientes permanecen en esa área a la espera de una cama equipada con ventilador mecánico. Están junto a un tanque de oxígeno, aguardando a que alguien desocupe un espacio.
Las UCI de los tres hospitales del cantón tsáchila están ocupadas por 22 enfermos complicados. El colapso de la atención en esta área comenzó hace más de un mes.
La situación es parecida en otras cinco ciudades: Cuenca, Ambato, Ibarra, Riobamba y Guaranda. Ahí atienden a enfermos que se contagiaron en las aglomeraciones que se formaron durante las elecciones de la primera vuelta y el feriado de Carnaval, en febrero.
En tierra tsáchila el panorama hospitalario es complejo, al punto que los médicos se hacen eco de una frase que pronunció uno de sus colegas.
“Tenemos que elegir entre el joven y el de la tercera edad para ver a quién salvamos”, señaló el médico intensivista Patricio Reyes, al ser consultado sobre cómo solventan la prioridad de espacios en la UCI.
En esta provincia, la emergencia y cuidados intermedios también están saturados. Katerine Aguirre, directora provincial de Salud, informó que el exceso es de un 125%.
En Cuenca, desde hace dos semanas, las 74 camas UCI de los hospitales centinelas José Carrasco Arteaga y Vicente Corral Moscoso trabajan en su límite; e incluso 10 pacientes más, que presentan complicaciones, están en lista de espera por un ventilador.
La red privada está al 95% de ocupación. Marlo Palacios, médico intensivista particular, puso en su cuenta de Twitter: “ahora sí deberíamos confinarnos, porque ya están llenas las UCI y no hay ventiladores”.
En Ambato, las 30 camas de las UCI de los hospitales General Docente Ambato y del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de Tungurahua están ocupadas.
Esto supone el 100% de la capacidad en esa área. Hay cinco personas en lista de espera.
Edison Pulister, miembro del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud, dijo que en la hospitalización para pacientes menos graves la cobertura alcanza un 82,47%, que significa un incremento del 17% en relación con la semana de 21 al 27 de marzo.
Los cantones con más contagiados son Ambato, Baños y Cevallos. “Si continuamos con el comportamiento epidemiológico actual, con una tendencia de incrementos de casos, tendremos que abrir nuevas salas para atender a los pacientes en los dos hospitales”.
En Chimborazo, las 16 camas del área crítica del Hospital General Docente de Riobamba y del IESS también permanecen saturadas.
Según la administración de las casas de salud, cuando un paciente en estado crítico requiere hospitalización en cuidados intensivos es trasladado a otras ciudades, como Latacunga o Guayaquil.
Las salas de cuidados intermedios, en cambio, permanecen ocupadas entre un 40 y 50% de su capacidad.
Las dos entidades hospitalarias suman 160 camas, con capacidad de extenderse a 250, en caso de que fuera necesario.
En Bolívar, las autoridades denunciaron una falta de atención al Hospital Alfredo Noboa, que está colapsado de pacientes, por el aumento de la cantidad de contagios.
El Comité de Operaciones de Emergencia cantonal de Guaranda incluso decidió volver al semáforo rojo, por la falta de insumos médicos, medicinas y capacidad de atención. La UCI, que apenas tiene seis camas, está llena.
Este jueves 8 de abril, en el hospital IESS Ibarra, en Imbabura, había tres pacientes que esperaban su ingreso a la sala UCI.
Gonzalo Jaramillo, director médico de la institución, indicó que las 10 camas estaban llenas y que esa es una situación que se acentuó desde inicios de este año, luego de las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
El miércoles último, esta casa de salud recibió 10 equipos de alto flujo para el área de cuidados intermedios, por lo que la capacidad se amplió de 19 a 29 camas. El galeno explicó que con esta nueva implementación tecnológica se espera que disminuya el número de pacientes que necesitan pasar a terapia intensiva.
En el sanatorio San Vicente de Paúl, el otro hospital que atiende a pacientes con covid-19 en Imbabura, las ocho camas de cuidados intensivos también están ocupadas. En la Coordinación Zonal 1 de Salud no se detalló si había pacientes en espera para esa área.