Historia, cultura y paisaje en la ruta Otavalo-Ibarra . Foto: José Mafla/ELCOMERCIO
Viajar en el tren entre las ciudades de Otavalo e Ibarra, no solo permite disfrutar del paisaje andino, sino es también una posibilidad de conocer las leyendas de la provincia de Imbabura.
Los 120 pasajeros del viaje inaugural -15 de enero último-, por ejemplo, escucharon la fábula sobre el romance del taita (padre, en quichua) Imbabura y la mama (madre) Cotacachi, que relató una guía.
El Imbabura es considerado la deidad principal de los indígenas caranquis, parece contemplar a su amada Cotacachi, que tiene una escasa nieve en su cúspide.
Las dos elevaciones son visibles en gran parte del recorrido por la renovada línea férrea de 27 km, que enlaza al Valle del Amanecer con la capital imbabureña.
La mole de acero, que despacha una columna blanca de vapor, se abre paso. Durante la marcha también aparecen comunas y barrios de los cantones Otavalo, Antonio Ante e Ibarra, algunas famosas por la habilidad de sus artesanos.
Fernando Tulcanaso, vecino de Otavalo, recordó que cuando era niño el tren llegaba a la estación de esa ciudad siempre de una forma puntual. El arribo de la caravana, que se desplazaba desde Quito hasta San Lorenzo, en el norte de Esmeraldas, o viceversa, también era la señal para ir a la escuela, describió Tulcanaso, en una velada cultural ferrovaria, efectuada el miércoles pasado.
A partir del 24 de enero próximo, el renovado tramo se integrará a la denominada Ruta de La Libertad, entre Ibarra y Salinas, de 31 km, que opera desde hace dos años. A escala nacional, la empresa Ferrocarriles del Ecuador, ha rehabilitado alrededor de 500 Km del trazado ferroviario, que volvió a enlazar la Costa con la Sierra, pero esta vez con fines turísticos.
En la Sierra norte, la obra incluyó la colocación de una nueva vía con durmientes de hormigón, la rehabilitación de las estaciones de Otavalo, San Roque, Andrade Marín, cantón Antonio Ante; y San Antonio, en Ibarra; y la restauración de una locomotora a vapor. La inversión bordeó los USD 28 millones, según el presidente Rafael Correa.
El renovado trazado ha empezado a generar expectativa, señala Ana Villarreal, gerente de la filial norte de la empresa estatal. Desde hace dos meses, se abrió una lista de reservas para la venta de los primeros pasajes de este nuevo producto turístico.
Villareal explicó que el boleto cuesta USD 50,40. Mientras que, personas de la tercera edad, capacidades especiales y niños accederán a una tarifa de 39,80.
El valor incluye la visita al Centro de Interpretación de la Cabuya, en San Roque, el ingreso museo Fábrica Textil Imbabura, que posee cuatro salas salas: histórico cultural, industria textil, innovación tecnológica y sindicalismo.
En ese sitio también funciona la Plaza Artesanal, que congrega a 33 productores de la jurisdicción. Ellos ofrecen artesanías en piedra, madera, cuero, bisutería y bordados. Una de ellas es Irene Irúa, quien espera con ansiedad el arribo de los primeros viajeros del tren.
Más adelante, el itinerario establece una visita a un taller en San Antonio, en donde se esculpe la madera. Antes de llegar a la parroquia de Salinas, se hará una parada en las estaciones de Ibarra y de Hoja Blanca. Ésta última, ahora funciona como una vitrina de Yachay, Ciudad del Conocimiento.
La propuesta turística incluye un manjar de la cocina afrochoteña en la comunidad de Salinas, en donde finaliza el paseo en tren.
La operación turística de la ruta Tren de la Libertad ofrecerá dos modalidades: tren-autobus o viceversa. Los horarios establecidos son: salida 08:00 ( de Otavalo a Salinas en tren y retorno en autobus) y 10:00 (de Otavalo a Salinas en autobus y retorno en el tren).