A las pérdidas económicas que afrontan se suma el peligro de los contagios. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
El nuevo estado de excepción en Ecuador define el confinamiento obligatorio desde las 20:00 del viernes hasta las 05:00 del lunes. Esta medida estará vigente hasta el 20 de mayo. Durante el toque de queda nadie puede salir a las calles y no hay servicio de transporte público.
Justamente ese gremio es uno de los sectores que ya palpó las pérdidas económicas que la medida generó.
Jorge Yánez, titular de la Unión de Operadoras del Transporte Urbano de Quito, da cuenta de que las pérdidas entre el sábado 24 y domingo 25 de abril de este 2021, fueron de cerca de USD 600 000.
La disminución en los ingresos, alude el dirigente, afectan directamente a unas 10 000 personas que dependen de este giro, incluyendo conductores, ayudantes, administrativos y dueños. En la capital hay 3 250 buses, agrupados en 65 operadoras.
Iván Vélez, propietario de una unidad de Trans Latinos y quien trabaja como recaudador de la operadora, comparte la desesperación por la realidad que pasa el gremio. Él lleva 16 de sus 36 años en el sector del transporte. Empezó como ayudante y hoy, luego de haber logrado comprar su propio bus, no cuenta con los recursos necesarios para pagar la cuota de USD 600 mensuales a una entidad financiera. Adquirió el bus seis meses previos a la emergencia.
Antes de la pandemia, la recaudación de un día ascendía a unos USD 230, “en bruto”. Actualmente, con suerte, llegan a los USD 100. Y con la restricción de los fines de semana, los ingresos son aún menores. De estos se debe destinar un monto para combustible, conductor y gastos administrativos.
Se suma que, incluso sin el confinamiento de los fines de semana, por el toque de queda vigente desde las 20:00 (entre semana), bajaron de cinco vueltas diarias a cuatro. Trans Latinos sirve en la ruta desde el Beaterio (sur) hasta el Seminario Mayor (norte).
A las pérdidas económicas que afrontan se suma el peligro de los contagios. Según el Dirigente, en lo que va de la pandemia, que empezó en marzo del 2020, unas 1500 personas vinculadas al gremio se han contagiado y no menos de 200 han fallecido.
De ahí que Yánez hace un llamado al Gobierno para que, además de analizar la situación económica del sector del transporte (que incluye el alza del precio de los combustibles), defina la vacunación de los trabajadores del volante, que “también somos sector estratégico”. Y anunció que en los próximos días definirán las acciones que tomará el gremio.
Vélez, por su parte, califica de catastrófica la realidad por la que están pasando.