En el km 33, desde Calacalí, se realizan los trabajos de estabilización de uno de los 11 taludes o puntos críticos. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
La vía Calacalí – Río Blanco está pavimentada hasta cerca del km 23. De ahí en adelante, la carpeta asfáltica está levantada y hasta la zona de Nanegalito se presentan huecos, hundimientos y señalética perdida entre la vegetación.
Ese es el estado actual de esta arteria vial, de dos carriles, que es una de las principales conexiones terrestres entre la Sierra y la Costa norte, que se utiliza frecuentemente para viajar hacia las playas de Manabí y Esmeraldas.
En este eje vial se ejecuta un plan de intervención integral desde el 2018, luego de que su administración pasó a manos del Gobierno Provincial de Pichincha en diciembre del 2017. Ese plan sigue en marcha.
Richard Tapia, gerente de la empresa pública Hidroequinoccio -a cargo de los trabajos-, confirma que la rehabilitación continúa en sus dos primeras fases: estabilización de 11 taludes y rehabilitación de la carpeta asfáltica en los 157 km.
En la primera etapa está prevista una inversión total de USD 3,3 millones y registra un avance del 85%. Las obras que están pendientes corresponden a tres taludes, que se esperan finalizar en un mes y medio, aproximadamente.
Actualmente ya se pueden observar zonas como en el km 19, donde se colocaron cemento y otras protecciones en la montaña para evitar futuros deslizamientos.
La segunda fase de intervención se cumple en dos modalidades: fresado (cambio de la carpeta asfáltica) y colocación de asfalto modificado. Esto se realizará hasta el km 65.
“Ese es el tramo más deteriorado”, explica Tapia, porque al estar en el cruce de la cordillera hay acumulación de humedad que causa severos daños al asfalto, que no fue reemplazado durante varios años.
A partir del km 35 –desde Calacalí– los baches causan inconvenientes a los usuarios, principalmente a quienes no usan la vía con tanta frecuencia. El pasado sábado, por ejemplo, una llanta del vehículo de Isabel Badillo se ponchó tras caer en dos huecos seguidos que están en una de las curvas a la altura del km 45.
“Justo estábamos hablando sobre lo bueno de estos trabajos y nos topamos con esos huecos”, dice Badillo, quien se trasladaba con su esposo desde Quito hacia Ventanas (Los Ríos). Ellos van por esta arteria vial cada tres meses, pero comentan que la vía empeora cada vez más.
Con eso coincide Francisco Chanpuzig, de 40 años, quien conduce una camioneta de carga liviana desde Quito a Nanegalito, tres veces a la semana. “He visto varios accidentes. Esperamos que intervengan pronto, porque los conductores perdemos mucho, tenemos que cambiar las llantas frecuentemente y se van los amortiguadores”.
Tapia señala que desde el km 30 hasta el km 65 se sellarán fisuras y se aplicará asfalto modificado, porque es una zona menos crítica. “Ahí hay un 20% de baches. Ese trabajo será un poco más rápido”.
Las labores de rehabilitación del asfalto se tienen previsto culminar máximo hasta diciembre, si las condiciones del clima son favorables. Solo para estas obras se requieren USD 18 millones, de los que se han invertido cerca de 5 millones.
El fin de semana, Daniel Salgado hizo una parada no planificada para hacer transbordo de sus pasajeros.
Él conduce uno de los buses de Transesmeraldas, en la ruta Quito – Atacames, pero por los constantes huecos el bus se averió antes de Nanegalito y llegó hasta el centro de San Miguel de los Bancos. “Por el traqueteo que hay en la vía se soltó el acordeón del silenciador. Hay bastantes baches”.
A partir de San Miguel de los Bancos hay menos averías. A excepción de kilómetros como el 73, 109 o 144 donde la vegetación cubre por completo las cunetas y señalética, la vía está en mejores condiciones.
En esos tramos restantes, Hidroequinoccio aplicará la tercera fase que consistirá en la colocación de micropavimento y es menos compleja que en las zonas altas.
La Prefectura de Pichincha e Hidroequinoccio contemplan además la instalación de tres peajes en toda la vía, para la recuperación de al menos una parte de lo que se ha invertido en este eje vial. Tapia asegura que el diseño de construcción de esas casetas de cobro está listo y se prevé que en los próximos 15 días se inicie la colocación de las primeras estructuras en Calacalí.
Según Tapia, la proyección es que en noviembre entre en operación el primer peaje y los otros dos (antes de Los Bancos y cerca de Puerto Quito) en los meses siguientes. En cada uno, afirma, se cobrará USD 1. “Antes del feriado, la idea es hacer un barrido del bacheo y dejar señalización provisional”.