En el sistema financiero privado existen 15 emisores de tarjeta de crédito, según datos de la Superintendencia. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
El Gobierno analiza cambiar de decisión con respecto a la nueva forma de calcular los intereses por compras con tarjetas de crédito.
Mediante una resolución, que entró en vigencia en diciembre del 2018, la Junta de Regulación Monetaria y Financiera dispone que cuando los usuarios hayan hecho un consumo corriente y paguen la cuota mínima o un monto que no sea el total de la deuda, el interés se calculará desde la fecha en que se realizó la compra del bien o servicio.
Antes, el monto de los intereses se fijaba desde la fecha máxima de pago en el estado de cuenta y no desde el día en que se hacía la compra.
Pero ayer 4 de febrero del 2019, el secretario de Comunicación de la Presidencia, Andrés Michelena, afirmó que el presidente Lenín Moreno pidió a la Junta, que es presidida por el Ministro de Economía, que “revise de forma inmediata” la medida.
El funcionario señaló que el Gobierno busca llevar a la baja los costos de los servicios de la banca y no que aumenten.
Ayer, hasta el cierre de esta edición, no se había fijado una fecha y hora para esta reunión, explicó Marcos López, delegado del Presidente de la República ante la Junta.
López aclaró que la resolución no modifica la tasa de interés, que cobran los bancos por dar un crédito para consumo con tarjeta, que seguirá siendo de entre 16,61 y 17,30%.
Pero, al cambiar el momento desde el cual se calculan los intereses, los clientes sí terminarán pagando montos más altos, porque el período será más largo, reconoció el delegado.
“Es un efecto marginal el que tendrá esta medida. No quiere decir que es un ‘montón’ de interés el que se va a incrementar, y que la banca se va a enriquecer”, señaló López.
A Carolina Aguilera, usuaria de Mastercard, le molesta que la medida se haya tomado sin hacer difusión entre los clientes. “Justo tenía pensado optar por hacer pagos mínimos. Ahora se lo comunicaré a mis papás, que siempre usan esta forma de pago”, contó.
El documento no cambia la fórmula de cálculo del interés que se generan en los saldos rotativos. Este es el monto pendiente de pago que quedó del mes anterior, más el saldo del mes presente.
En este caso, el interés se calcula desde la fecha de inicio de corte que está estipulado en el estado de cuenta de la tarjeta.
El diferido, que es el crédito en el que el cliente acuerda diferir en cuotas mensuales el monto de su consumo, tampoco tendrá cambios.
Este tipo de crédito puede acordarse con o sin intereses. En épocas como Navidad, los negocios optan por ofrecer crédito diferido sin intereses en determinados plazos.
Para Andrés Vergara, analista económico, se trata de una medida con la que se ayudará a los bancos a tener más liquidez. “Se podría pensar que es para tener menos morosidad, pero si se revisan las cifras, el indicador de morosidad no ha subido”, dijo.
La decisión se tomó en un contexto en el que el número de tarjetahabientes y el consumo con este tipo de medio de pago registró crecimientos.
Hasta septiembre del año pasado estaban registrados 3,08 millones de tarjetahabientes; es decir, 348 227 más que en el mismo mes del 2017, según información de la Superintendencia de Bancos.
El saldo de la cartera de consumos con el dinero plástico creció un 24% entre septiembre del año pasado e igual mes del 2017, según la información del organismo de control.
Las mayores compras con esta forma de pago fueron en supermercados, restaurantes y servicios profesionales.
Los saldos en consumos realizados con este medio de pago hasta septiembre fueron de USD 6 095 millones. La mitad de ese monto fue pago diferido, 4,93% fue corriente y el resto fue rotativo.