Los gremios del sector automotriz y de trabajadores son partícipes de una eventual focalización de los subsidios que cada año el Estado destina a combustibles.
La Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores (Cedout) señaló que una focalización de la medida exige un “estudio serio”.
“Demandamos la aplicación de un principio de justicia social para focalizar estos subsidios, en donde las clases pudientes, las grandes fábricas y las grandes empresas del país paguen el justo precio del gas, diésel y demás combustibles”, señaló Mesías Tatamuez, presidente de Cedocut, mediante un comunicado enviado ayer.
El gremio enfatizó en que no apoyará una eliminación de estas subvenciones estatales, pues una decisión de ese tipo elevará los costos de productos y de servicios.
El lunes, el ministro de Finanzas, Richard Martínez, acudió a la Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea para explicar el veto a la Ley de Fomento Productivo.
Luego de su comparecencia, el funcionario insistió en que algunos subsidios estatales son “extremadamente ineficientes”. El Ministro indicó que una eventual focalización de estos subsidios son un tema en análisis y donde no hay una decisión tomada.
“Hay subsidios que son extremadamente ineficientes. En cualquier escenario vamos a precautelar que las personas que menos tienen, que las clases más vulnerables no se vean perjudicadas por una decisión de política económica”, dijo.
El titular de Finanzas puso como ejemplo a los subsidios a los combustibles, que no deberían beneficiar a propietarios de vehículos de alta gama.
La Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade) está de acuerdo en que el Gobierno analice esta medida. Según Genaro Baldeón, titular de este gremio, el dinero que el Estado gasta en subsidiar combustibles debería destinarse a otras iniciativas sociales.
“Se necesita que el Gobierno tome acciones de focalización, con precaución sobre los segmentos más vulnerables”.
Baldeón enfatizó que en otros países se están aplicando medidas para limitar estas políticas. “En los países desarrollados no se subsidia, se aplica impuestos”, comentó.
El directivo resaltó que estas ayudas estatales son un “serio limitante” para el acceso a tecnologías más eficientes.
En el Presupuesto de este año el Gobierno programó USD 3 470 millones por subsidios, especialmente combustibles. De hecho, el 49,1%; esto es, unos USD 1 707 millones, irán para derivados como gasolinas, diésel y gas de uso doméstico(ver gráfico).
Según cifras del Banco Central (BCE), la cifra desembolsada por este concepto entre enero y mayo del 2018 se incrementó en unos USD 308,7 millones en relación a lo gastado en el mismo período del 2017. Esto es representa un 71% de crecimiento.