El comunicado de Exteriores expresó la solidaridad de Siria respecto a Iraq y a Irán, ambos aliados del presidente Bashar al Asad. Foto: https://sana.sy/
El Gobierno sirio condenó el bombardeo que Estados Unidos efectuó esta madrugada y que acabó con la vida de Qasem Soleimaní, comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución de Irán, y de otros líderes chiíes en Bagdad y lo calificó de “agresión criminal traicionera”.
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores sirio consideró que el asesinato de Soleimaní y el vicepresidente de las milicias chiíes iraquíes Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes, fue una “agresión criminal estadounidense traicionera” que se asemeja a los métodos de “bandas criminales“.
Esa acción constituye una “grave escalada de la situación en la región”, por lo que Damasco responsabilizó a Washington por la inestabilidad en Iraq debido a “su política de generar tensiones y alimentar conflictos en los países” de la zona.
El comunicado de Exteriores, que cita a una fuente anónima como es habitual en estos casos, expresó la solidaridad de Siria respecto a Iraq y a Irán, ambos aliados del presidente Bashar al Asad.
Por su parte, el mandatario aseguró que “la memoria del mártir Soleimaní será inmortal en las conciencias del pueblo sirio, que no olvidará su apoyo al Ejército sirio en contra del terrorismo“, en referencia a los grupos insurgentes que luchan contra el Gobierno de Damasco.
En una carta enviada al líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Ali Jameneí, Al Asad calificó el ataque de “acto criminal cometido por el Gobierno estadounidense” y aseguró que reafirma el “continuo apoyo al terrorismo, la difusión del caos y la inestabilidad (…) en la región y en todo el mundo” por parte de Washington.
Además, se mostró confiado en que “este crimen aumentará bresistencia a seguir enfrentándose a la política subversiva estadounidense en la región“.
El general Soleimaní era el encargado de las operaciones fuera de Irán de los Guardianes de la Revolución y ha estado presente sobre el terreno en Siria y en Iraq, supervisando a las milicias respaldadas por Teherán en ambos países árabes y jugando un papel destacado en los conflictos de toda la zona.
Los Guardianes de la Revolución han sido un apoyo fundamental para Damasco desde el estallido de la contienda en Siria en 2011 y han luchado sobre el terreno y han asesorado al Ejército leal a Al Asad, junto a otras milicias chiíes, como el grupo libanés Hizbulá.
El líder de Hizbulá, Hasan Nasralá, aseguró este viernes que seguirá la senda de Soleimaní para lograr sus objetivos y prometió vengarse de los asesinos del comandante, que viajaba frecuentemente a Siria, el Líbano e Iraq.