Sony Setiawan (cent.) habla con periodistas en el aeropuerto de Pangkal, luego de su llegada a otra aerolínea después de perder su vuelo planificado en el vuelo JT 610 de Lion Air que se estrelló en la costa al norte de Yakarta. Foto: AFP
Sony Setiawan tuvo mucha suerte: debía tomar el avión Boeing 737 de la compañía indonesia Lion Air que se estrelló el pasado 29 de octubre del 2018 en el mar de Java tras despegar de Yakarta. Él llegó después del despegue por un embotellamiento en el tráfico.
“Mi familia estaba impactada, mi madre lloraba, pero les dije que estaba sano y salvo. Estoy feliz de estar vivo, pero mis amigos iban a bordo del avión”, declaró Sony Setiawan. Además, trató de comunicarse con sus amigos que estaban en el vuelo, pero ya habían apagado sus celulares.
Los amigos de Setiawan forman parte de los 189 pasajeros que viajaban en el avión que se estrelló por un fallo en un instrumento de a bordo, según la prensa. Hasta la mañana de este 30 de octubre del 2018 los servicios de rescate indonesios encontraron nuevos restos humanos en el lugar del accidente del avión de Lion Air.
El Boeing 737 MAX 8 de la aerolínea indonesia de bajo coste entró en servicio hace apenas unos meses y desapareció de los radares, 13 minutos después de haber despegado de Yakarta. Se estrelló en el mar de Java al poco de haber solicitado al control aéreo permiso para regresar a la capital indonesia.
Decenas de socorristas y buzos fueron enviados al sitio de la desaparición del vuelo JT 610. Pero, desde el lunes 29 de octubre por la noche, los servicios de rescate no guardaban muchas esperanzas de encontrar supervivientes.
Hasta la fecha, los equipos llenaron 10 bolsas para cadáveres con partes de cuerpos, que se enviarán a Yakarta para estudiar su ADN y así poder identificarlos, declaró a la cadena Metro TV Muhammad Syaugi, jefe de la Agencia indonesia de investigación y de rescate.