Santiago Viteri intenta apelar multas de tránsito, pero no tiene fecha para su audiencia. Foto: Cortesía
Hace un mes, Santiago Viteri entregó en el juzgado de tránsito de Quito un escrito en el que solicitó una audiencia para impugnar tres infracciones viales cometidas durante la pandemia. La idea es evitar el pago de multas y la reducción de puntos en la licencia, pero hasta el momento, el juez no ha fijado fecha para esa diligencia. Lo único que sabe es que los funcionarios están copados de trabajo.
A continuación, su testimonio:
“Durante la pandemia, los agentes de tránsito me multaron tres veces. Ahora quiero apelar, pero no puedo. Es un trámite bien engorroso.
Resulta que hace dos años trabajo como asistente en una empresa que da asistencia de salud y cubre seguros médicos. Por eso, en medio de la pandemia mis jefes permitieron que usara mi auto particular para trasladar a pacientes no graves hasta los hospitales o a los consultorios médicos. Además, llevaba muestras a los laboratorios.
El 30 de marzo del 2020 trasladaba a un paciente a un hospital ubicado en el norte de Quito. Pero en la avenida 10 de Agosto, un camión que entregaba alimentos a un supermercado obstaculizaba la vía y como no tenía tiempo ingresé al carril del Trole y avancé.
Una cámara registró mí auto y fui sancionado por invadir la vía. Pero para esa fecha el transporte público estaba suspendido y solo ingresé hasta pasar al camión.
En cambio, el 19 de mayo del 2020, mientras circulaba por el sector de Carapungo también fui multado. Iba a un laboratorio para que analicen un paquete de pruebas de covid-19, que se practicó a un grupo de personas en un hospital.
Me detuve en un semáforo en rojo y una cámara de videovigilancia captó la placa del vehículo y al día siguiente recibí en mi correo la notificación de que fui multado con USD 120 y seis puntos menos en la licencia, porque me puse en el paso cebra.
Otra multa me llegó el 6 de junio del 2020, mientras trasladaba a un paciente con síntomas de coronavirus, para que en el hospital le realicen la prueba PCR.
Por los túneles de San Juan, en el centro, me metí a una calle que no tenía señalética y ahora me dicen que es contravía.
Las tres multas ascienden a USD 500. Necesitaba apelar estas contravenciones, pero en esos días no pude hacerlo, pues no había atención en los juzgados.
Recién el 15 de junio del 2020, después de esperar dos horas y media en la puerta de ingreso a la Unidad Judicial de Tránsito, en el norte de Quito, pude dejar en ventanilla la solicitud para que se convoque a una audiencia.
Ha transcurrido un mes y no se sabe cuándo se realizará la diligencia. Cuando mi abogada averigua le dicen que solo está laborando el 30% de personal en los juzgados de tránsito, que los magistrados están saturados de trabajo y que los procesos se demorarán.
El retraso de este caso ha impedido que pueda renovar mi licencia de conducir en la Agencia Nacional de Tránsito. Mi documento caducó el 19 de marzo del 2020, pero no puedo hacer el trámite de renovación, pues en el sistema de esa entidad refleja que tengo multas pendientes”.