Un sacerdote afroesmeraldeño dirigirá el saludo al Papa y su comitiva

El padre Silvino Mina dirigirá el saludo de bienvenida a Francisco, en una reunión que mantendrá con obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas católicos del país, en Quito, este martes 7 de julio de 2015. Foto: Marcel Bonilla/El Comercio

El padre Silvino Mina dirigirá el saludo de bienvenida a Francisco, en una reunión que mantendrá con obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas católicos del país, en Quito, este martes 7 de julio de 2015. Foto: Marcel Bonilla/El Comercio

El padre Silvino Mina dirigirá el saludo de bienvenida a Francisco, en una reunión que mantendrá con obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas católicos del país, en Quito, este martes 7 de julio de 2015. Foto: Marcel Bonilla/El Comercio

Emocionado. Así es como luce el vicario apostólico de Esmeraldas, Silvino Mina Corozo, quien dirigirá el saludo a Jorge Bergolio-Papa Francisco, en una reunión que mantendrá con obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas católicos del país, este martes 7 de julio, en Quito.

Hace un mes le comunicaron la decisión desde Roma, a través de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. Entonces rezó a Dios para que le diera dirección y redactar la bienvenida para el Pontífice, que luego fue enviada al Vaticano para su aprobación por la comisión preparatoria de los actos que se cumplirán en el país por su llegada.

Conjuntamente con el obispo de Esmeraldas, Eugenio Arellano, hicieron las correcciones al documento, que será entregado a Mina, minutos antes de la cita Papal, con todos los religiosos, para su lectura.

Silvino Mina Corozo es un sacerdote afroesmeraldeño que ocupa la Dirección General de Vicariato Apostólico de Esmeraldas desde hace 10 años.

Es originario de Playa Grande, una población afro ubicada en el río Cayapas, cantón Eloy Alfaro, norte de la provincia de Esmeraldas. Mina es el sexto de 12 hermanos y desde niño sintió la vocación de ser sacerdote.

En su pueblo fue monaguillo del padre comboniano Libio Martínez, a quien preguntó siendo niño: ¿Puede un negro ser sacerdote? La respuesta fue tácita, claro que puede, respondió a su monaguillo el capellán, mientras le mostraba una revista con sacerdotes africanos. Eso motivo al niño de origen humilde, a cumplir con su vocación.

Una imagen del Papa Juan Pablo II está colgada en la pared de su despacho, en el Vicariato Apostólico de Esmeraldas. En otra aparece junto al Pontífice fallecido.

Eso ocurrió durante el viaje apostólico número 25 de Juan Pablo II a Ecuador, del 29 de enero al 1 de febrero de 1985, cuando participó como diácono y acompañó al primer Papa que visitó al país. El sonriente sacerdote afro tenía 29 años, hoy tiene 55, de los que 30 han sido al servicio sacerdotal a Dios.

Cuatro meses después de su encuentro con el máximo prelado de la Iglesia Católica fue ordenando como sacerdote, el 29 de junio de 1985, durante la fiesta de San Pedro y San Pablo, en la iglesia Catedral Cristo Rey de Esmeraldas, en manos del monseñor Enrique Bartolucci.

Estar junto al Papa polaco Karol Wojtyla, quien falleció tras 27 años de papado, a los 84 años, el 2 de abril de 2005, significó para Mina la confirmación de su llamado al servicio a los demás, motivado por el amor a Dios.

Treinta años después estará cerca del segundo Papa que visita al Ecuador para dar la bienvenida y estar entre los cuatro que acompañarán a Francisco durante la eucaristía desde el parque Bicentenario.

“Estoy muy contento de ser tomado en cuenta para este acto histórico en la vida del país y la iglesia Católica”, señaló Mina, que vestía de blanco y un gran crucifijo colgaba de su cuello.

El sacerdote negro como es conocido en Esmeraldas ha motivado el servicio social desde 1992 con la creación de la Fundación Amiga, de la que es su presidente. “Su energía para trabajar contagia a todos”, dice Segundo Zambrano, colaborador en el Vicariato.

Desde allí atiende a los jóvenes más necesitados de los barrios periféricos de la ciudad. De la mano creó la obra para las madres solteras con el lema: “Pasar por la vida haciendo el bien”, en la que se dictan talleres de manualidades y costuras. Para los hijos de ellas puso en marcha el proyecto deportivo que agrupa a muchos jóvenes de Esmeraldas en la disciplina del fútbol.

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