Pese a los controles de agentes metropolitanos, las ventas en Sangolquí proliferan. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
En el cantón Rumiñahui, en Los Chillos, las autoridades identifican tres problemas tras el paso a semáforo amarillo y la reactivación de negocios: ventas informales, aglomeraciones y libadores.
Santiago Madrid tiene un local de comida en la calle Venezuela, en el centro de Sangolquí. Cuenta que los jueves son problemáticos. Ese día, antes de la emergencia, estaba destinado para la feria libre. Pese a que fue suspendida, informales llegan a esa zona para ofertar sus productos, comenta.
La vecina Maura Salgado coincide. Dice que desde las 08:00 de los jueves las calles se empiezan a llenar con vendedores que no estaban en esos espacios antes de la pandemia. “La cantidad de gente en las vías causa aglomeración”.
Datos del Ministerio de Salud Pública indican que después de Quito, el cantón Rumiñahui es el segundo de la provincia con más casos confirmados de covid-19.
En Quito existen 8 746 contagios mientras que en Rumiñahui hay 378 (de una población total de 135 000); allí 17 personas han fallecido. En Mejía se reportan 329 y en Cayambe 96 (ver infografía).
En las aceras del centro de Sangolquí cientos de personas transitan con mascarillas y algunas con protectores faciales y overoles. La mañana del miércoles los informales ofertaban gel, alcohol, guantes, legumbres e incluso especias y plantas medicinales.
A las 09:00, en el mercado ubicado en las calles Riofrío y Venezuela, las comerciantes organizaban sus productos. Personal de la Policía Metropolitana y funcionarios del Municipio les instruían sobre medidas de seguridad.
El alcalde del cantón, Wilfrido Carrera, señala que se han identificado a las calles de los alrededores de los mercados como los sitios de mayor aglomeración. También se han detectado problemas en la avenida General Enríquez y en el Parque Turismo.
Para el burgomaestre, el problema no es nuevo. Dice que las ventas informales se producen porque Rumiñahui no cuenta con un mercado que abarque todos los servicios. “Tradicionalmente las actividades comerciales se han hecho en calles principales”.
Carrera indica que a raíz de la emergencia sanitaria se restringió el paso en esas vías. Al momento se gestiona la rehabilitación de otro mercado que se destinará a los vendedores ubicados en las calles pero que cuenten con patente.
Otra acción fue implementar el plan Distancia2 para monitorear las aglomeraciones en el sector comercial de Sangolquí. A través del sistema de megafonía de las cámaras de videovigilancia del ECU 911 se emiten alertas y mensajes preventivos a la población.
El 29 de junio, seis alcaldes de Pichincha, entre ellos Carrera, junto con el Gobierno Provincial, enviaron una carta al COE nacional en la que pedían, entre otros puntos, que se amplíe el toque de queda y se declare Ley Seca. El pedido no fue aceptado.
Según Carrera, el cantón afronta un incremento de libadores en las vías, así como fiestas y reuniones prohibidas. También se reportan más casos de violencia intrafamiliar.
Cifras del ECU 911 señalan que entre el 12 de marzo y el 8 de julio se atendieron seis emergencias por fiestas y 295 por libadores. En ese lapso hubo 392 aglomeraciones.
La intendenta de Pichincha, Daniela Valarezo, dice que en Rumiñahui se han realizado 89 operativos. Se revisaron 146 locales y se clausuraron cuatro. Seis personas fueron detenidas por especular con precios.
El investigador de la Universidad UTE, Daniel Simancas, señala que en casos como los de Rumiñahui es recomendable invertir en la adquisición de pruebas de detección de covid-19 para aislar a quienes están contagiados. Sin embargo, ante la falta de esos test, lo que se sugiere es aumentar las restricciones de movilidad.
EL COMERCIO
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