Roles de género aún inciden en profesiones en el Ecuador

Josías fue uno de tres niños que participaron en un curso en la Escuela de Chefs. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Josías fue uno de tres niños que participaron en un curso en la Escuela de Chefs. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Josías fue uno de tres niños que participaron en un curso en la Escuela de Chefs. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Ashley quiere ser científica para inventar cosas. Josías disfruta el tiempo en la cocina, experimentando con nuevas recetas. En sus tiernos relatos, los pequeños de 7 y 10 años tienen claro que pueden lograr esas y muchas metas más.

Pero, ¿qué les hace cambiar de idea al crecer?, ¿por qué se encasillan en roles y profesiones tradicionalmente atribuidos a hombres y a mujeres?

Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) comparó el 2017 las pruebas de rendimiento académico de chicas y chicos de 15 años en países europeos. Sus resultados no fueron tan disímiles.

El informe ‘Enfoque de indicadores educativos’ concluye que los desequilibrios de género en las aspiraciones profesionales no se originan en diferencias de aptitud. Infiere que pesan los estereotipos.

Antes de iniciar este ciclo en la Costa, Ashley aprendió que hasta en lo más sencillo interviene la química, como la plastilina o un jabón. Su sueño de ser científica nació entre experimentos en los talleres Stem, del Municipio de Guayaquil y la Politécnica del Litoral.

A través de juegos, niñas y niños del Suburbio aprendieron sobre ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (Stem). “Intentamos romper paradigmas, plantar la semilla de la ciencia, más en niñas”, dijo la ingeniera Olga Larrea.

Pese a los esfuerzos globales, la brecha de género en el área Stem persiste. La ONU, que entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible plantea alcanzar la igualdad de género para el 2030, publicó que menos del 30% de investigadores del mundo es mujer.

¿La causa? Los roles de género. Estos son construcciones sociales. Se estructuran en comportamientos, actividades, expectativas y oportunidades asociadas al sexo biológico, define la OMS.

Vicente Torres, del Consejo de Protección de Derechos de Guayaquil, pide explotar habilidades para debilitar patrones socialmente establecidos. “Es innegable que son distintos biológicamente, pero la sociedad exagera, impone roles”.

Cuando Josías ganó un concurso de gastronomía supo que lo suyo era la cocina.

El premio fue un curso en la Escuela de los Chefs de Guayaquil. Fue uno de tres niños en un salón copado por niñas, pero captó la atención de la instructora Celeste Calderón.

La adolescencia temprana (10 a 14 años) es crucial en la influencia de las normas de género, pero también la etapa para corregir brechas. Lo dice el Estudio Global de la Adolescencia Temprana, que además demuestra que las experiencias en el hogar y la escuela marcan el curso de vida para el trabajo y las opciones a futuro.

“Actitudes y creencias sobre normas de género parecen solidificarse a los 15 o 16 años, lo que hace de la adolescencia temprana una segunda oportunidad”, cita la investigación mundial, que se alimenta de informes no tan alentadores.

El proyecto Young Lives, de la Universidad de Oxford, ha mostrado que mientras los niños pasan a la adolescencia, las tareas que desempeñan se ligan más al género: “las niñas hacen trabajo doméstico y los niños son más productivos”.

La ministra de Inclusión Económica y Social, Berenice Cordero, reconoce que hay que enfocarse en diluir la idea acerca de que lo femenino tiene menos valor. Y para esto hay dos escenarios: casa y escuela. “Hay que trabajar en las relaciones interpersonales e intersubjetivas entre los géneros”.

A sus 14 años, Ademaris ha sentido el impacto de la discriminación como un balonazo. Es arquera y se entrena en la cancha del barrio Cisne 2, en el Suburbio. El espacio ya no lo dominan hombres. Desde hace dos años hay más niñas que participan en partidos mixtos.

“Pensaban que no podría tapar porque soy mujer y pequeña. Intentaban no patear tan fuerte”. Pero los dejó boquiabiertos con sus atajadas. La entrenadora Shirley Mosquera la anima, ella pasó por lo mismo. Le decían que servía para la cocina, no para el fútbol.

Y es en casa donde Héctor Hurtado plantea hacer un acuerdo. El coordinador de programas de Plan Internacional propone hablar con los hijos de responsabilidades y preferencias, según su madurez. Acordar tareas y reflexionar sobre los roles de forma más igualitaria, en derechos como humanos y no por género.

Después de usar la balanza y mezclar glicerina con otros compuestos, Ashley logró hacer un jabón. Josías, en cambio, saboreó las croquetas de pollo que él mismo preparó en clase.

En contexto

El 22 de abril comenzó el ciclo lectivo 2019-2020 en la Costa. Ministerios de Educación y de Inclusión Económica y Social, así como organizaciones pro derechos humanos, recomiendan educar sin estereotipos. Igual sugerencia se hace a padres.

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