Dos jóvenes delgados se levantaron de sus asientos en el bus que cubría la ruta Pedro Carbo–Guayaquil. Uno de ellos sacó un arma color plata y la colocó a centímetros de la frente de una mujer que iba sentada en la tercera fila. Le pidió que le entregara todo lo que tenía.
En la primera fila del bus iba el policía Olivio C. El uniformado se percató de esta escena y se abalanzó sobre los delincuentes. Empezó a forcejear para quitarles las armas.
Durante el enfrentamiento, el oficial sintió una especie de punzada fuerte en la pierna. El dolor fue provocado por el disparo que le propinó una de estas personas.
15 462 buses urbanos, intraprovinciales e interprovinciales tienen cámaras de seguridad y pese a eso se registran incidentes como este en Guayas, Ambato, Pichincha y Cuenca. Según el proyecto Transporte Seguro, estas provincias registran la mayor cantidad de alertas en el interior de buses.
Desde la implementación de los kits de seguridad en los buses, julio de 2014, hasta la fecha se presentaron 1 936 emergencias a bordo de este medio de transporte a escala nacional.
Una tarde a mediados de febrero, la estudiante Sofía Barberán iba en el bus que conduce hacia Sauces. Unas cuadras antes de su parada, un chico con una funda de caramelos en una mano le arrebató su celular y corrió. En su huida fue sorprendido por dos agentes de Policía, quienes lo aprehendieron.
Uno de los uniformados que intervino en la detención mencionó que la mayoría de robos en el interior de las unidades se perpetran en cuestión de dos a seis minutos. “En ese tiempo los ladrones toman cosas que están a la mano, como celulares, carteras y mochilas”.
En el 2014, 575 personas fueron detenidas para investigación por estar vinculadas con asaltos a buses. De estas 217 fueron aprehendidas durante un robo en proceso y 152 fueron procesadas y se encuentran privadas de libertad. La activación de las alarmas de los kits de emergencia permitió la captura de los supuestos agresores.
En su despacho, el jefe de la Policía Judicial de Guayaquil, Roosevelt Campos, revisa varios expedientes y asegura que la mayoría de los delincuentes aprehendidos fingen que son vendedores informales o simples pasajeros. Así ingresan a los buses.
Los choferes temen que los sospechosos y sus cómplices tomen represalias y por ello dejan que se suban a los buses. Mario C., conoce de amenazas. Hace dos meses, un hombre le susurró al oído y le dijo que si no lo dejaba abordar mandaría a que le disparen.
Cada vez que este conductor se sienta detrás del volante del bus se persigna ante el crucifijo que cuelga del retrovisor. Él asume que este ritual evita que los ladrones que se suben diariamente a su unidad le hagan daño.
Carlos recorre a bordo de su unidad la vía Perimetral, ruta que cruza por los barrios con los mayores índices de inseguridad en Guayaquil, como Flor de Bastión, Balerio Estacio, Isla Trinitaria…
Para el conductor, el pasar por la vía Perimetral implica que sucederá al menos un robo al interior del bus. “No aprieto el botón de alarma, porque tengo miedo de que algo pueda pasar”, cuenta.
El chofer afirma que en su ruta se dan la mayoría de robos en Guayaquil.
Las alertas en una pantalla de monitoreo del Servicio Integrado de Seguridad ECU–911, le dan la razón al conductor. La mayor cantidad de alertas provienen de las unidades que circulan por la vía Perimetral, según uno de los operadores encargados de recibir todas los llamados de este tipo.
Los choferes de las unidades dicen que la noche es el horario más peligroso para trabajar. Y líderes de cooperativas como Medardo Criollo, presidente de la Cooperativa de Transporte Guayaquil coincide con estas versiones.
Desde su despacho, en el Suburbio de Guayaquil, ve salir a las 22 unidades de su línea cuando cae el sol. Relata que los incidentes se dan en mayor medida a partir de las 16:00, dado que “desde esta hora los carros se empiezan a llenar, de trabajadores que salen de sus empresas y estudiantes”.
Las cifras de Transporte Seguro revelaron que entre las 16:00 y las 20:00 se registró un mayor índice de incidentes durante el 2014.
El 7 de enero de este año, seis adolescentes intentaron robar a los pasajeros de un bus en la vía Bucay–El Triunfo. Los menores fueron aislados mientras se realizaban las investigaciones.
Al ver el informe de este caso, Campos afirma que los autores de este tipo de hechos no integran grandes bandas. “Son grupos pequeños de entre cinco y diez personas que se dedican a delinquir y dividen las ganancias entre ellos”.
El término de cada jornada para el conductor Carlos C., es una victoria. Hasta la fecha no le han disparado y aún conserva el dinero de su faena diaria.