El virus se propaga en seis de las 65 parroquias de Quito

Los vendedores se tomaron ayer la av. Maldonado, cerca al mercado de Guamaní. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Los vendedores se tomaron ayer la av. Maldonado, cerca al mercado de Guamaní. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Los vendedores se tomaron ayer la av. Maldonado, cerca al mercado de Guamaní. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Seis zonas han sido identificadas por el Comité de Operaciones de Emergencia como las más sensibles a la propagación del covid-19 en Quito. Belisario Quevedo, Chillogallo, Centro Histórico, Cotocollao, Guamaní y Calderón son las parroquias que registran mayores casos de contagios, según el reporte del 4 de mayo.

La expansión del coronavirus preocupa cada vez más por la cantidad de gente que rompió la cuarentena y se volcó a las calles. 61 de las 65 parroquias urbanas y rurales del Distrito están afectadas.

Tanto en el sur, el centro y el norte es usual observar a personas que salen a caminar para comprar víveres, hacer ejercicio o pasear sus mascotas. También encontrarse con largas filas en las afueras de tiendas, panaderías, farmacias, bancos o comisariatos. En algunos casos, la gente no respeta los dos metros de distancia.

La presencia de comerciantes autónomos es frecuente a cualquier hora y en algunos casos no utilizan mascarillas o guantes para protegerse.

En Belisario Quevedo, ubicada en el noroccidente de Quito, los casos se dispararon en apenas cuatro días. El 1 de mayo hubo 101 y hasta el lunes anterior se reportaron 120. Los dirigentes de la Comuna de Santa Clara de San Millán, que pertenece a esa parroquia, piden al Municipio que la declare en emergencia “debido al alarmante incremento de contagios. ¿Qué buscan con esto? “Garantizar el apoyo y respaldo para que nuestra comunidad reciba permanentemente donaciones de alimentos, fumigación y sanitización”.

Gonzalo Tumipamba, presidente de la Comuna, señala que hay al menos 500 familias de escasos recursos económicos que requieren apoyo. Dice que hay adultos mayores, madres solteras y niños que necesitan atención urgente.

Con preocupación, cuenta que dos moradores de su zona fallecieron por coronavirus. El dirigente solicita al Municipio que se realicen pruebas a los vecinos para identificar con exactitud a quienes lo contrajeron. Según él, un alto porcentaje de gente no respeta la cuarentena y sale de sus viviendas sin precauciones.

Un problema similar ocurre en Chillogallo (sur). Ayer este Diario observó a más de 100 comerciantes autónomos no regularizados que vendían en las calles. Se aglomeraron en las avenidas Mariscal Sucre, El Tránsito y Morán Valverde, así como en las calles Manuel Coronado, Luis López, Joaquín Ruales y Antonio Conforte. Cientos de peatones caminaban como si fuera cualquier día y algunos no utilizaban mascarillas.

Ana Vargas, presidenta del Comité Central de Chillogallo Histórico, dice que la presencia de comercio informal es recurrente. “Estamos alarmados, son unos 400 comerciantes. Se les ha pedido que se retiren, pero no hacen caso”.

Debido al incremento de contagios los vecinos se organizaron, para desinfectar las calles. También buscan cerrar los accesos al centro de Chillogallo para evitar la presencia de los vendedores. No descartan pedirle al Municipio que declare al barrio en emergencia. William Basantes es otro dirigente de esa zona. Pide a las autoridades que reubiquen a los informales en otros mercados. “Nos oponemos a que les retiren los alimentos, esa no es la solución”. Sin embargo, la Secretaría de Seguridad señaló que no es posible declarar a estos barrios en emergencia porque la ciudad ya está bajo esta modalidad.

La Agencia Metropolitana de Control (AMC) continúa con los operativos. Del 1 al 3 de mayo se efectuaron 102 intervenciones para retirar del espacio público a 566 comerciantes informales. Se retuvo 232 productos y 17 locales fueron clausurados por no respetar la normativa. Asimismo, 359 peatones fueron sancionados por no utilizar la mascarilla.

La AMC indicó que el 80% de las personas sí cumple con las disposiciones sanitarias.

Ayer, en el sector de Cotocollao, decenas de personas caminaban libremente en la calle Lizardo Ruiz. Entre ellas había comerciantes autónomos que se aglomeraban en las esquinas y semáforos.

En el Centro Histórico, la Policía Metropolitana instaló un cerco en las calles Rocafuerte y Cuenca para evitar aglomeraciones. Sin embargo, los vendedores se movilizaron a las calles Bolívar y Sucre. Nadie respetaba los dos metros de distancia y, por momentos, parecía no importarles que más de 100 casos de covid-19 se han reportado en esa zona.

Ayer, el flujo de vehículos fue excesivo en algunos puntos. En la avenida Mariscal Sucre cientos de autos formaron una fila de al menos un kilómetro, muchos de ellos circularon con placas distintas.

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