La mayoría de locales ubicados en la calle Espejo, entre Guayaquil y Flores, está cerrado (izq.). Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Jaime Cajilema es un hombre de voz fuerte y sombrero de ala ancha. De sus 68 años, 50 los ha pasado en la casa Oe6-48 de la calle Sucre, entre Cuenca y Benalcázar. En ese punto del Centro Histórico de Quito vende ternos y todos los días, salvo los primeros meses de la pandemia del covid-19, ha estado allí.
A los transeúntes que pasan por su lado, les ofrece su producto y les extiende una tarjeta con el santo y seña de su negocio Almacenes Mini Centro Comercial. Pero, por más que insiste, no vende nada: “a duras penas, un terno a la semana, y eso que está a mitad de precio (USD 25)”, dice acongojado.
Mientras espera a un cliente que nunca llega, cuenta que alrededor de la Plaza de San Francisco, donde se ubica su local, había 43 emprendimientos variados y ahora, tras casi un año de emergencia sanitaria, solo quedan 12.
La Cámara de Comercio de Quito registra un aproximado de 30 000 comercios formales en la capital, pero no cuenta con un dato de los que han cerrado. Pablo Buitrón, coordinador de la organización Defensa del Centro Histórico, calcula que solo en esa parroquia había 4 000 negocios y el 20% cerró definitivamente.
Henry Males y Sofía Vallejo se llenaron de ilusión cuando hace tres años activaron su emprendimiento de dulces, El Rincón del Cura Males, en una isla del Pasaje Arzobispal (calle Chile). Les iba de maravilla, pero con la llegada del covid-19 la venta se fue a pique.
Males recuerda que su esposa Sofía vendió solo USD 2 en todo un día. Así que llegó noviembre y cerró el espacio de dos metros cuadrados, por el cual pagaba USD 280 mensuales. Ahora, la pareja volvió a empezar en la av. De la Prensa.
La quiebra no solo fue para los locales de reciente factura, en la lista también están firmas de más de 50 años de actividades (Cafetería Meneses, Peluquería Hollywood…), apunta Jhony Núñez, coordinador de la Asamblea Ciudadana Centro Histórico. Él calcula que solo en el Casco Antiguo funcionan 600 negocios y el 20% ya cerró operaciones.
Basta caminar por los alrededores de la Plaza Grande para dimensionar el problema: en un tramo de la Espejo, entre Guayaquil y Flores, había 10 negocios y siete cerraron. En las puertas luce el rótulo: “Se renta”. En esos sitios funcionaban restaurantes, tiendas de celulares, guitarras, Internet…
La crisis se anidó desde los primeros meses de la pandemia, pues -como dice Núñez- “el inquilino no sabía de dónde pagar los arriendos y prefirió marcharse”. Según el tamaño del local, las mensualidades iban de USD 100 a 2 000.
El alcalde Jorge Yunda sugirió la rebaja de los cánones de arriendo al menos en los predios municipales; pero, recuerda Buitrón, “no tuvo éxito la reforma a la Ordenanza”.
Ante ese freno, Sandy Campaña, administradora de la Zonal Centro Manuela Sáenz, dice que “el Municipio está generando una nueva forma de cálculo de arrendamiento para ofrecer condiciones cercanas a la realidad a quienes quieran tener un local en el Centro”.
En el sector comercial privado sí hubo reducción de las cuotas en hasta un 60% o se plantearon facilidades de pago para seguir adelante, apunta Núñez. Aunque los comerciantes del Pasaje Tobar, en la esquina de la Sucre y Guayaquil, no tuvieron esa suerte.
Luis Vega, propietario de la cafetería El Madrilón, recuerda que solicitó la reducción del 50% de su alquiler de USD 642, pero aún no ha tenido una respuesta de su arrendatario. Y todo el lugar se fue vaciando. Hoy quedan tres de los 12 locales y ninguno tiene clientela.
En la cafetería no se saca ni para el taxi, agrega Vega. Por eso, la señora que trabaja desde hace 29 años para él se pasa apoyada al mostrador mirando la puerta de entrada. “Solo me sostengo por los ahorros que tenía, porque cada mes salgo en contra, no hay ni para pagar los servicios básicos”.
De todos los negocios, el turístico (que incluye cafeterías y restaurantes) es el más golpeado, asegura Patricio Velázquez, coordinador técnico de Quito Turismo. En diciembre hizo un muestreo y de 4 800 locales, el 16% cerró; en el Centro hubo más: de los 670 locales turísticos, el 17% quebró.
Para reactivar esa área, el Municipio promueve una rebaja del 80% en el convenio de uso de las terrazas en las zonas peatonalizadas (Chile, Venezuela, García Moreno, Sucre y Espejo). Incluye videos promocionales, según Campaña, de las huequitas del Centro.
Del lado de los comerciantes, está activa la campaña Todo a mitad de precio con la idea de que la gente acuda al Centro y compre, pero “no hay circulante”, añade Cajilema. A las 18:00, tiempo del cierre de su negocio, se acerca a la caja y no encuentra ni un centavo.