Los taxistas obstaculizaron ayer la circulación vehicular en el redondel de El Ciclista. Foto: Eduardo Terán / El Comercio
Caravanas de taxis que avanzaban a baja velocidad por las principales vías de Quito generando tráfico. Personas que se atrasaban a sus oficinas por quedar atrapadas en medio de la congestión. Reclamos ante la actitud de los conductores de los carros amarillos durante las manifestaciones.
Ese fue el ambiente que se registró ayer en la capital durante las movilizaciones convocadas por gremios de taxis de Pichincha, presididos por Carlos Brunis. Desde las 07:00, unos 1 400 carros amarillos (de un total de 16 000) protestaron en varios puntos de la urbe.
Inicialmente, las movilizaciones estaban previstas para el miércoles, pero se suspendieron tras llegar a un acuerdo con el Municipio. Sin embargo, el gremio se molestó porque la Comisión de Movilidad no tuvo quórum para conocer el informe sobre los resultados del proceso de subsanación.
Este se aplicó para determinar cuántas unidades de las que no pasaron en la primera etapa sí cumplen con todos los requisitos para obtener un certificado de idoneidad.
Tras el primer proceso, que se inició en el 2017, y la subsanación, alrededor de 13 000 taxistas resultaron idóneos. El gremio se opone al incremento de cupos para la regularización de taxis que, según un estudio de demanda en Quito, debería ser de 8 693 unidades. También rechazan las aplicaciones móviles que ofrecen transporte.
Al mediodía de ayer, Brunis se reunió con otros dirigentes y juntos resolvieron declarar el paro indefinido, desde las 00:00 de hoy. Fernando Valdez, presidente de la Federación de Taxis Ejecutivos del Ecuador, advirtió que al incrementar el número de cupos y reformar una ordenanza, “nosotros nos iremos a la paralización total”.
Eso implica -dijo- que los vehículos cierren las vías. “Hace 15 días planificamos las calles y avenidas en las que nos vamos a ubicar, pero nos reservamos esa información para proteger a los compañeros”.
Brunis aseguró que han sido pacientes, pero que no han recibido una respuesta y por ello se reunieron los directorios de la Unión de Taxistas de Pichincha, Uprotapi y Unatec y decidieron radicalizar acciones.
Presidente de la Unión de Taxis de Pichincha anuncia la suspensión del paro:
El alcalde Mauricio Rodas rechazó la decisión del gremio y recordó que la alteración del orden público y el bloqueo de vías están penados en el COIP.
Advirtió que la administración reaccionará con firmeza frente a una medida de hecho convocada por una posible reforma a la ordenanza. “Es increíble que con base en una mera expectativa de un tema que ni siquiera ha iniciado su discusión se pretenda caotizar la ciudad”, dijo Rodas.
Ante el paro, la Subsecretaría de Educación del Distrito suspendió las clases en todas las instituciones de Quito, salvo el Distrito 1 (Nanegalito, Nanegal, Pacto y Gualea).
Ayer, en varios sectores de la capital hubo congestión. En la av. Galo Plaza (la Rumiñahui), los taxistas condujeron a baja velocidad por la vía central. Lo mismo ocurrió en el sector de El Ciclista, en donde otros usuarios viales se quejaron. “Nos tardamos más de una hora en ir desde Cumbayá hasta Quito”, dijo una pareja.
En la Villa Flora, sur, la Policía frenó a una caravana de taxis que iba a El Trébol. Los conductores se juntaron en Guamaní, luego se tomaron la Panamericana y fueron por la avenida Maldonado hacia El Trébol. Los uniformados los guiaron hacia la Tribuna del Sur.
Los taxis se estacionaron en la av. Teniente Hugo Ortiz y cerraron el carril central. La manifestación también se evidenció en el redondel Atahualpa, hacia San Bartolo hasta El Recreo. Hubo problemas en el Mirador de Ilaló, La Santiago, Villa Flora y Quitumbe.
En sectores como San Bartolo, los taxistas agredieron a otros colegas que no plegaron a las movilizaciones. Al respecto, Julio Puga, director de la Agencia Metropolitana de Tránsito, dijo que hubo reuniones para coordinar con la Fiscalía y la Policía Nacional. Estas entidades están a cargo de sancionar a quienes alteraron el orden público.