Los voluntarios organizan las últimas donaciones en kits para enviarlas hoy a la Costa. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Los últimos productos donados en Quito para las víctimas del terremoto del pasado 16 de abril parten hoy, 30 de junio, hacia la Costa.
En el centro de acopio del parque Bicentenario, en el norte, un grupo de voluntarios trabajaba el martes pasado en la organización de los kits de víveres, de aseo, de insumos para bebés, agua, ropa. Había un ambiente de nostalgia porque esta será la entrega final.
La experiencia de trabajar como voluntario, aparte de colaborar permitió que las personas estrechen lazos de amistad. Margarita Dueñas, de 33 años, quien armaba kits de aseo, comentó que en estos dos meses y medio formaron una familia. “Esperamos que el esfuerzo haya valido la pena”.
Cecilia Salazar, de 66 años, tenía también sentimientos encontrados. Ella se acostumbró a viajar a diario una hora y 30 minutos desde Solanda hasta el Bicentenario para colaborar en esta causa benéfica.
En promedio, durante los 75 días que se mantuvo activo el centro de acopio se recogieron 3 500 toneladas de productos, entre alimentos, ropa, agua, juguetes, carpas, colchones, medicinas…
Con esto se llegó a alrededor de 354 poblaciones -cantones, recintos, pueblos, barrios- de las provincias de Manabí, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas (ver infografía).
Según cálculos realizados por la Unidad Patronato San José, el aporte realizado en donaciones en Quito representa unos USD 13,3 millones, incluyendo al último convoy que parte hoy con más de 400 toneladas de productos.
Esta será la entrega más grande y simbólica de las enviadas desde que se produjo la emergencia en abril. Generalmente los viajes llevaban hasta 200 toneladas en donaciones, comentó María Fernanda Pacheco, presidenta de la Unidad Patronato San José.
Para cerrar esta primera etapa, esta tarde se hará un reconocimiento a los voluntarios, entidades municipales y empresas privadas que apoyaron en esta causa humanitaria.
La aceptación de la iniciativa se debió en parte a la confianza que se generó en la población. Se contó incluso con aportes de organizaciones, comunidades y empresas del extranjero: Colombia, Estados Unidos, España, Hong Kong, Puerto Rico.
La entrega de las donaciones en las zonas afectadas fue personalizada. Hubo, según Pacheco, una cobertura del 90% en Manabí y Esmeraldas. Ahí se contó con campamentos para identificar las necesidades de los pobladores.
Para este último despacho la distribución será distinta. La tarea estará a cargo de fundaciones, organizaciones e iglesias de 13 poblados. Esta labor será liderada por Karla Morales, María Susana Rivadeneira, Iván Kaviedes, entre otros. La primera comentó que las donaciones irán a comunidades y albergues que están entre la ruta Rocafuerte – Pedernales y San José de Chamanga.
En Quito, la entrega y recepción de productos concluirá. Una vez que partan los 20 camiones y tráileres con las colaboraciones, las puertas del centro de acopio se cerrarán; los voluntarios retomarán su vida habitual. Pero la ayuda continuará desde otro ámbito.
Ahora el apoyo a las víctimas del sismo del 16 de abril se enfocará en la reconstrucción. En estos 75 días de gestión, la prioridad fue atender las necesidades básicas de las personas: alimentación, hidratación, aseo. “No es un cierre, es una evolución”, enfatizó la Presidenta de la Unidad Patronato San José.
Los quiteños y no quiteños podrán seguir aportando en esta nueva fase. Pero ya no se requieren víveres, útiles de aseo, ropa ni juguetes.
Para colaborar con la reconstrucción de las zonas afectadas en Manabí y Esmeraldas se recaudarán recursos económicos en coordinación entre el Municipio y los ciudadanos. Estos serán administrados por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef por sus siglas en inglés).
Los aportes se destinarán a programas de ayuda para los menores. Está previsto que los detalles de esta alianza se anuncien la próxima semana.
Para que esta nueva iniciativa se concrete, la Unidad Patronato San José está coordinando con la Secretaría de Cultura para buscar los mecanismos y canalizar la entrega de estos recursos durante la programación que se hace en el Verano de las Artes Quito (VAQ). “Todo el dinero recaudado irá directamente a Unicef”, expresó Pacheco.
Por el momento no hay una expectativa del monto a reunir, pero se espera que el apoyo de las personas continúe.
Después se analizará otras medidas para seguir aportando en el proceso de reconstrucción. Según cifras oficiales, el terremoto de Pedernales y sus réplicas dejaron 668 personas fallecidas, ocho desaparecidas y 30 000 en albergues. En total se destruyeron unas
7 000 viviendas.
En contexto
Tras el terremoto del 16 de abril, la Unidad Patronato San José emprendió una campaña para recibir donaciones y entregar a las poblaciones afectadas en Manabí y Esmeraldas. En promedio se han recaudado más de 3 500 toneladas de productos.