En el norte, el diseño de los puentes con gradas dificulta el acceso de los usuarios. Fotos: Patricio Terán / El Comercio
En la extensión de la av. Simón Bolívar, a la altura del ingreso al puente Villorita -que conecta Ciudad Bicentenario con la autopista Manuel Córdova Galarza– hay un cruce peatonal señalizado.
Evelyn Espinosa vive en Ciudad Bicentenario. Desde febrero pasado, mes en el que fue habilitada la extensión “cruzar la Simón Bolívar se convirtió en un riesgo”, asegura.
“Los vehículos pasan a gran velocidad. A veces no reducen la marcha ni porque existe el redondel. Debemos sortear los carros para cruzar”.
En las noches, la situación se complica. En ese tramo de la vía no hay iluminación y, según Espinosa, lo que hacen las personas es encender las linternas de sus celulares para que los conductores de los automotores los vean.
Entre Carapungo y San Antonio de Pichincha hay 12,1 kilómetros. En ese tramo de la Simón Bolívar aún no hay puentes peatonales para facilitar el cruce de las personas.
Ramiro Tobar, gerente de Espacio Público de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), dice que actualmente hay tres puentes en proceso de diseño para esa vía. La entidad ha recibido el pedido de seis pasos elevados a lo largo de la extensión. Aún no está definida la fecha para iniciar la construcción.
En otros puntos de la ciudad donde existen pasos elevados, en cambio, es cotidiano observar cómo los peatones no utilizan estas estructuras.
El jueves pasado, entre las 09:00 y las 09:15 unas 12 personas cruzaron la calzada de la av. Galo Plaza Lasso y Ramón Borja (norte). Otras tres lo hicieron por el puente peatonal.
Marina Páez dice que se le complica subir las gradas en forma de caracol que permiten el ascenso al puente. La mujer de 48 años cuenta que el dolor que tiene en las piernas le impide esforzarse. Daniel Cifuentes, otro peatón, reconoce que es más rápido cruzar por la calle cuando el semáforo está en rojo. Él prefiere sortear los autos para cambiar de acera.
El último accidente en la avenida Simón Bolívar, ocurrido el 16 de octubre a la altura del barrio San José de Monjas, en el oriente, se viralizó en redes sociales. Una persona de 44 años murió atropellada por no utilizar el paso elevado ubicado a pocos pasos de donde sucedió el atropellamiento. El carro involucrado perdió pista y se estrelló contra la base del puente peatonal. La estructura quedó destruida y al día siguiente fue reparada.
En Quito, la Epmmop registra 110 puentes peatonales. De estos, 96 están a su cargo. El Cabildo se encarga de arreglar y mantener las estructuras y la pintura cuando sufren daños.
Julio Puga, director de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), indica que entre enero y octubre del 2018 hubo 938 atropellamientos. La entidad no cuenta con el dato de cuántos de esos siniestros ocurrieron por no usar los puentes. “La Fiscalía es la que investiga las causas, cuando hay heridos o fallecidos”.
César Arias, experto en movilidad, indica que este tipo de pasos exclusivos para peatones se requieren en vías de alta velocidad, circulación continua y en donde el ancho de la calle sea amplio.
Sostiene, no obstante, que los puentes no están bien diseñados o colocados. “Un peatón evalúa el tiempo que le toma subir gradas, atravesar el puente y bajar. Más aún si en la intersección hay un semáforo que detiene el tráfico”, dice.
Este caso se evidencia en la avenida Napo, con el paso peatonal ubicado frente al Colegio Montúfar, en el sur. Hay estudiantes y moradores del sector que optan por cruzar por la calle cuando el semáforo o el tránsito vehicular lo permiten. Muy pocas ocasiones utilizan las estructuras elevadas.
“Los peatones son los más afectados en los accidentes. Sin embargo, como mueren de uno en uno, no es algo que parezca tan dramático como un choque entre vehículos, es un tema poco tratado”, señala César Arias.
La AMT sí ha emitido sanciones a peatones. En lo que va de este año, 27 personas fueron amonestadas con base en el artículo 392 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).
En esa norma se establece que “será sancionado con multa de 5% de un salario básico unificado el peatón que en las vías públicas no transite por las aceras o sitios de seguridad destinados para el efecto”.