3 500 privados de libertad fueron reubicados para frenar la violencia en cárceles del país

Policías y agentes supervisaron el traslado de presos, que se realizó en el complejo penitenciario de Guayaquil, a inicios de septiembre pasado. Foto: cortesía SNAI

Policías y agentes supervisaron el traslado de presos, que se realizó en el complejo penitenciario de Guayaquil, a inicios de septiembre pasado. Foto: cortesía SNAI

Policías y agentes supervisaron el traslado de presos, que se realizó en el complejo penitenciario de Guayaquil, a inicios de septiembre pasado. Foto: cortesía SNAI

Los privados de libertad dejaron uno a uno sus celdas. Se formaron en el patio y caminaron en fila hacia una de las salidas de la Penitenciaría de Guayaquil.

Cada paso era vigilado de cerca por los guías penitenciarios y por los agentes de las fuerzas especiales de la Policía. Estos últimos iban armados con fusiles y pistolas. Vestían chalecos antibalas.

La escena se registró a inicios de septiembre de este año. La intención era cumplir una de las estrategias diseñadas tras la firma del estado de excepción del sistema carcelario, que rige desde el 11 de agosto pasado, y que busca bajar los índices de violencia dentro de los centros de detención.

El objetivo es separar a los miembros de las bandas delincuenciales que operan en el interior de las cárceles y reubicarlos en otros sitios para evitar riñas o confrontaciones.

De allí que en dos meses, las autoridades penitenciarias han reubicado a 3 500 internos en otras cárceles del país.

Ayer, 19 de octubre del 2020, el coronel Orlando Jácome, subdirector técnico de Rehabilitación, dio detalles de los operativos realizados a inicios de septiembre en Guayaquil.

Dijo, por ejemplo, que desde la Penitenciaría del Litoral se movió a 930 privados de libertad que estaban identificados con la banda de Los Lagartos. Ellos fueron desplazados hacia el ex centro de Detención Provisional (CDP), que queda a lado de la Penitenciaria.

En cambio, otros 2 000 detenidos, que se encontraban en el ex CDP fueron llevados a la Penitenciaría del Litoral.

Según Inteligencia Penitenciaria, ellos son parte de las bandas delictivas deb. Ellos están en disputa con Los Lagartos por la disputa del control de las cárceles.

Sin embargo, existen presos que no pertenecen a ninguna de las dos bandas, pero pese a eso son considerados violentos. Ellos también fueron reubicados. “Muchos se consideran autónomos, pero no pueden estar cerca ni de Los Lagartos ni tampoco de Los Choneros”, indicó Jácome.

En este grupo están 437 presos que fueron trasladados desde la Penitenciaría hacia la Cárcel Regional. Para atravesar un tramo de casi un kilómetro que separa a los puntos de origen y de destino se utilizaron buses que estuvieron resguardados por policías. Estos presos cumplen sentencias que van desde los 7 hasta los 40 años de prisión.

La operación se cumplió en tres fechas diferentes. Todas se ejecutaron en el día y bajo coordinación de la Policía, tras diseñar una semana antes un plan. La intención era evitar confrontaciones con los internos ya que se tenía información de que poseían armas artesanales y de fuego.

De hecho, en lo que va del estado de excepción, que fue ampliado hasta el próximo 10 de noviembre, se han retirado 2 500 armas. Parte de ese arsenal fue usado el 3 de agosto último durante una riña violenta que dejó 11 fallecidos y heridos en la Penitenciaría.

Las investigaciones apuntan que fue una confrontación entre las dos bandas delictivas antes mencionadas.

Luego, el 11 de agosto, en Cotopaxi, fueron asesinados en otra riña dos presos. Ese mismo día, el presidente Lenín Moreno firmó la emergencia en las cárceles del país.

Pero los traslados no solo se dieron entre detenidos de Guayaquil. El 19 de agosto, por ejemplo, se conoció que ”un grupo de privados de libertad” de la Cárcel de Sucumbíos fue llevado a la Penitenciaría.

A ellos se los catalogó como “internos de difícil adaptación”. En la víspera de su relocalización protagonizaron un intento de amotinamiento mientras se realizaba una requisa. Para controlarlos fue necesaria la intervención de policías y de militares, estos últimos resguardaron el perímetro del centro carcelario.

Otros internos que se fugaron de los centros de rehabilitación de Tulcán y de Machala, y que fueron recapturados, también fueron reubicados.

Para continuar con los traslados, las autoridades carcelarias han puesto en marcha la reapertura dela cárcel La Roca, en Guayas. Allá también irán los presos “de difícil adaptación”. Los trabajos por USD 250 000 ya empezaron hace dos semanas. La contratista realiza una revisión y arreglos en el sistema eléctrico, en las puertas electromecánicas y también se hacen adecuaciones en el sistema hidrosanitario. Se prevé tenerla lista a finales de octubre. Ese centro tiene una capacidad para 152 detenidos.

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