Imagen referencial. Las clases en el régimen Sierra-Amazonía se iniciarán el 1 de septiembre del 2020 de manera virtual por la pandemia del covid-19. Foto: archivo / EL COMERCIO
En 15 días los estudiantes del régimen Sierra-Amazonía empezarán un nuevo año escolar desde casa, todavía en medio de los efectos del covid-19. Este inicio, a diferencia de años anteriores, no vendrá con reencuentros entre amigos, ni uniformes nuevos, y en muchos casos tampoco útiles.
Este lunes 17 de agosto del 2020, EL COMERCIO conversó con dos especialistas en educación sobre el tema, quienes dieron consejos para que se aprovechen los últimos 15 días de vacaciones y los padres preparen a sus hijos para el ciclo 2020-2021, que empezará de modo virtual.
Que empiecen las rutinas
Los 15 días previos al inicio de clases son claves para establecer rutinas, dijo la profesora Phd de la carrera de educación de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), Renata Castillo. Desde ya los padres deberán acompañar a sus hijos en un proceso en el que se acostumbren a definir la hora de dormir, de despertarse, desayunar, conectarse a las clases virtuales y otras actividades del día.
Empezar desde ahora –señala– es lo más adecuado, “esto no debe empezar el primer día de clases.
Compartir experiencias de la vida personal
Al no reencontrarse con amigos de forma presencial, la especialista de la USFQ señala que los profesores o los padres deberían incentivar espacios virtuales lúdicos en los que los chicos hablen de cómo fueron sus vacaciones. “Los niños y adolescentes perdieron el contacto, es importante fomentar espacios con sus pares para cuestiones que no sean las escolares”.
Marcar el nuevo inicio en casa
Es importante que los estudiantes sientan que están frente a un nuevo comienzo, aunque en una modalidad diferente, dice la educadora Castillo. “Antes forraban cuadernos, preparaban mochilas”. Para esta nueva normalidad recomienda que los chicos decoren sus espacios de trabajo, por ejemplo, plasmando su horario de clases en la pared y con otros detalles, para que sepan que empiezan algo nuevo.
Actuar según la edad
Hay tres grupos de chicos que empezarán clases, señala la psicopedagoga del centro Crecemos, Cristina Tapia. Los primeros son aquellos que no vivirán un cambio significativo, por ejemplo, quienes pasan de cuarto a quinto de básica. Debido a que terminaron el año bajo la misma modalidad –explica– su rutina no tendrá mayor variación y se adaptarán rápidamente.
El segundo grupo son los niños que empezarán una experiencia educativa o que su nivel es trascendental en el desarrollo del aprendizaje, por ejemplo, los de pre escolar, segundo de básica y octavo año. “Son chicos que requieren de todo el apoyo de los padres, ya que necesitarán adaptarse a horarios y modalidades”.
Es importante –dijo Tapia– que se pueda ensayar en estos 15 días, es decir, a manera de juego, que los padres generen una clase y la puedan hacer con sus hijos para ver cómo se desempeñan y sobre todo qué apoyos dar ante las falencias identificadas.
El tercer grupo son los adolescentes, señaló la psicopedagoga, quienes están en la etapa de desarrollo en la cual lo social es primordial, y lo están desarrollando a través de entornos virtuales. “Debemos brindar apoyo (reuniones online a determinadas horas, estar atentos a las clase) para que esta socialización no se tergiverse y pueda ocasionar problemas futuros”.
Falta de atención
Para los chicos con dificultad para mantenerse atentos a la pantalla, Tapia señala que es importante identificar si esto obedece a trastornos o si existe alguna necesidad educativa especial. “Lo importante es retomar sus procesos terapéuticos, pero si no es el caso de un trastorno, debemos ir desde ya ensayando con ellos”.
Por ejemplo, la especialista detalla que se puede empezar con cinco minutos por día conectados a entornos similares a las clases virtuales. Luego pasan a 10, a 20 y a 30, para que los chicos se vayan adaptando, antes del inicio de sus clases.
Repasar contenidos y evitar agotamiento
Tapia recomienda que durante estas últimas dos semanas de vacaciones, los estudiantes repasen contenidos del año pasado. Para el agotamiento por exceso de conexión, la educadora sugiere pausas activas, ingesta de líquidos y frutos secos, además de dormir más de ocho horas, para que el cerebro de los chicos tenga un mejor rendimiento.