Imagen referencial del expresidente Rafael Correa. Foto: EFE
El expresidente de Ecuador Rafael Correa (2007-2017) cuestionó al presidente Lenín Moreno y se refirió a su discapacidad física en una entrevista publicada el 24 de junio del 2018 por El Diario de España, bajo el título ‘Están utilizando armas fuera de la democracia y de los derechos humanos para que no vuelvan los proyectos progresistas a América Latina’.
Correa fue citado por la jueza Daniella Camacho a presentarse cada 15 días en la Corte Nacional de Justicia, en Quito, a partir del lunes 2 de julio del 2018, tras ser vinculado a la investigación penal por el intento de secuestro del asambleísta Fernando Balda en Bogotá, en agosto del 2012. Testimonios de agentes de Inteligencia y documentos de la Fiscalía señalan que ese plagio, fuera de Ecuador, involucraría a la Presidencia de la República.
Según Correa, la investigación se trata de una persecución en su contra. Y apunta a Moreno, a quien acompañó en la campaña presidencial del 2017 con el movimiento Alianza País.
“En Ecuador ganamos nosotros (dijo Correa en la entrevista), la revolución ciudadana, pero los medios se unieron para no reconocer el triunfo electoral, decían que había fraude, hasta que este tipo (Moreno) se entregó totalmente a los medios, y ahora no publican absolutamente nada de las barbaridades que hacen, de las irregularidades, de la corrupción, de la inconstitucionalidad, del incumplimiento de su plan de gobierno, y es un linchamiento que vemos todos los días, contra Correa, en todo lo que se relacione con Correa”.
Pregunta de periodista de El Diario:
“¿A qué cree que responde que el actual presidente, que viene de su movimiento, este reaccionando de esta manera con usted?”.
Respuesta de Correa: “Ha sido un impostor profesional, un lobo disfrazado de cordero, sin convicciones, pero yo creo que también hay algo patológico. Algunas veces, las personas que han sufrido una tragedia como la que él sufrió, él era un deportista, le metieron un balazo en la espalda y quedó condenado a una silla de ruedas, guardan una amargura, una frustración con la vida, una frustración hacia los demás que no han sufrido esta desgracia que cuando tienen poder deforman esa amargura. Nosotros creemos que va por ahí también el asunto, porque es demasiado grave ya, es patológico”.