Imagen referencial. Más de un centenar de nuevos efectivos de la Policía Nacional, graduados el pasado lunes 11 de marzo de 2019, son músicos. Foto: Archivo EL COMERCIO
La Policía Nacional no solo cuenta con personal que se encarga de brindar seguridad, hacer patrullajes, operativos y luchar contra la delincuencia; también tiene talento musical.
El lunes 11 de marzo del 2019, se incorporaron en Pichincha 862 policías pertenecientes a la promoción 2017-2019. Entre los nuevos uniformados hay 114 músicos. Ellos formarán parte de la banda musical y de la sinfónica de la Policía.
Uno de los nuevos integrantes es Anderson, tiene 20 años. Él recibió entrenamiento en la Escuela de Formación Atahualpa, en Santa Elena. Allí, durante siete meses, perfeccionó su técnica con el clarinete.
Ese instrumento lo aprendió a tocar desde que era niño gracias a su padre, que también lo toca. Además del gusto por la música, Anderson soñaba desde pequeño con ser policía.
Finalmente, el lunes, en la ceremonia de graduación, logró unir ambos gustos. “Me siento muy orgulloso de haber cumplido una meta más en mi vida, lucharé cada día para alcanzar nuevos logros”.
En el estadio Cantonal de Sangolquí se llevó a cabo la ceremonia de graduación de aspirantes de centros de formación de la Policía Nacional de la promoción 2017-2019. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Antes de que finalice el evento de incorporación en la Liga Cantonal de Rumiñahui, en las afueras de Quito, los graduados lanzaron sus gorros al aire. Unos se abrazaron, otros se felicitaron y unos cuantos lloraron.
En ese último grupo estuvo Daysi Gunsha, de 21 años. Ella viajo desde Chimborazo para asistir a su graduación. Ahora es policía, músico y toca la trompeta. Ella reconoce que para poder graduarse tuvo que superarse a sí misma. “La capacitación fue dura”, por ejemplo, se acostumbró a madrugar, a completar jornadas de entrenamiento musical y realizar ejercicio físico diario.
Junto a Daysi estaba Johana Millarcaja, ambas se hicieron amigas al ingresar a la Escuela de Formación porque eran de la misma provincia de Chimborazo. Johana tiene 21 años. Aprendió a tocar desde niña el clarinete, pero su sueño era convertirse en policía.
Recuerda que en el 2017 se reunió con sus padres. Les dijo que quería ser policía y músico y que debía viajar a la escuela de formación de Santa Elena. Su madre lloró y la abrazó. Ambos le dijo que la apoyarían. Con el abrazo de los dos, la joven partió de casa.
El día de la graduación, sus padres estuvieron presentes en la tribuna del estadio. Cuando culminó la ceremonia empezaron a gritar su nombre y a felicitarla.
Desde las graderías se vio cómo los nuevos músicos de la Policía se retiraron del estadio, marchaban en perfecta coordinación mientras entonaban el coro de una canción.