La Policía Boliviana requisa una cárcel para frenar los privilegios de reos

El viceministro de Régimen Interior y Policía, José Luis Quiroga, brinda detalles sobre la requisa en el penal de San Pedro, en La Paz. Foto: Captura

El viceministro de Régimen Interior y Policía, José Luis Quiroga, brinda detalles sobre la requisa en el penal de San Pedro, en La Paz. Foto: Captura

El viceministro de Régimen Interior y Policía, José Luis Quiroga, brinda detalles sobre la requisa en el penal de San Pedro, en La Paz. Foto: Captura

La Policía Boliviana separó este martes a 36 reos de la cárcel de San Pedro, de La Paz, para llevarlos a otras cárceles del país, muchos de ellos señalados de tener privilegios como negocios de comida, cobros de alquileres de celdas, salas de juegos y "seguros de vida" dentro del recinto.

En una rueda de prensa, el viceministro de Régimen Interior, José Luis Quiroga, mencionó que los reclusos identificados como "personas problemáticas" o "peligrosas" han sido trasladados a otras cárceles del país como El Abra, en Cochabamba, y Chonchocoro, en el altiplano.

El viceministro mencionó que la acción efectuada desde esta madrugada busca, con el traslado de ese grupo de prisioneros, "desarticular estructuras de poder" en una de las cárceles más pobladas de Bolivia.

Los negocios de los internos también abarcaban algunos puestos de comidas, restaurantes y salas de billar, además de algunos "aportes voluntarios", que no se precisó en qué consistían y los llamados "seguros de vida", es decir el pago de un monto de dinero con la finalidad de dar seguridad o proteger a algún reo.

Quiroga mencionó que como producto de estas actividades se identificó a unos 400 prisioneros que "no tenían celdas" y que cada día tenían que dormir en pasillos u otros sitios comunes.

Los ambientes que funcionaban como negocios de algunos "van a ser distribuidos entre privados de libertad que no tenían celdas" con la finalidad de reubicar a unos 325, aseguró la autoridad.

Además, durante la pesquisa, que comenzó en la madrugada con la participación de unos 1 000 policías, se han decomisado varios cuchillos y televisores.

Esta situación ha ocasionado que se destituya al gobernador del penal y se nombre uno nuevo que tendrá la misión de aplicar un nuevo sistema de asignación de celdas para los nuevos detenidos mediante un sorteo que más adelante deberá ser digital.

San Pedro comenzó a funcionar como cárcel en 1895 y su estructura de paredes altas hechas de adobe con solo un par de accesos ocupa una manzana en pleno centro de la ciudad, enfrente de la plaza del mismo nombre.

En un inicio, esta penitenciaría estaba pensada para albergar a unos 800 reclusos, sin embargo su población actual ha sido sobrepasada y está alrededor de los 2 200, según los reportes de los medios locales.

Los intentos de las autoridades por evitar que lleguen a San Pedro más reclusos han sido vanos y continúa siendo destino de varios sentenciados y presos preventivos.

Las autoridades bolivianas han señalado que esta acción se enmarca a otras similares que se han dado en cárceles como Palmasola de Santa Cruz, la más peligrosa del país, con el fin de retomar el control de los recintos carcelarios.

En Bolivia existen 19 161 reos, de ellos 1 612 mujeres, un 330 por ciento por encima de la capacidad de las cárceles, para 5 805 reclusos, de ellos el 68 por ciento preventivos, con lo que siete de cada diez está en espera de condena, según datos de un informe parlamentario de este año.

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