La Policía investiga en el sitio donde un migrante sirio se hizo estallar con un artefacto explosivo en Ansbach, Alemania , el 25 de julio. Foto: AFP
Los múltiples atentados en Alemania en los últimos días extremaron las medidas de seguridad de tal manera que el 27 de julio la policía evacuó un gran centro comercial en la ciudad de Bremen, a raíz de la fuga de un paciente de una clínica siquiátrica.
La policía informó que un joven de 19 años se había escapado de la clínica, ubicada en la localidad aledaña de Diepholz, y que poco después se lo descubrió en el centro comercial. Ante el temor de que pudiera repetir uno de los sangrientos ataques que sacudieron al país en los días pasados, la policía ordenó la evacuación del complejo, con unos 170 comercios y restaurantes, aunque después no se confirmaran las sospechas ni se encontrara al paciente.
Alemania vive en vilo después de cuatro ataques y atentados. El más sangriento ocurrió el 22 de julio, cuando un joven mató a balazos a nueve inocentes en un centro comercial de Múnich.
El 24 de julio, en la localidad de Ansbach, un refugiado sirio se suicidó haciendo explotar una bomba que llevaba en una mochila en la entrada a un concierto, hiriendo a 15 personas. El grupo extremista EI reclamó la autoría de dos ataques, incluido el ataque con cuchillo y hacha en un tren en Wurzburgo, cometido por un refugiado afgano de 17 años, que hirió a cinco personas, cuatro de ellas turistas de Hong Kong.