Trabajadores de limpieza de hospitales públicos hicieron un plantón en los exteriores de la Plataforma gubernamental, en el norte de Quito, este jueves 26 de noviembre del 2020. Fotos: Valeria Heredia/ EL COMERCIO
Con carteles en mano, tambores y cornetas, un grupo de trabajadores de limpieza de unidades médicas de Quito se concentró este jueves 26 de noviembre del 2020 en los exteriores de la Plataforma Financiera, ubicada en la avenida Amazonas, en el norte de la urbe. El motivo es la falta de pagos de sus sueldos y otros rubros.
Eloy Viteri, presidente de la Asociación Artesanal Nuestro Futuro, dijo que la agrupación tiene 150 trabajadores que realizan labores de limpieza en el Hospital Pablo Arturo Suárez, en donde se atienden casos de covid-19, y en 17 centros médicos más. “Desde hace ocho meses no nos han cancelado, por lo que ninguno de los integrantes del gremio ha recibido sus sueldos“.
Viteri recuerda que el personal de limpieza también está en primera línea de contagio. “Nosotros, al igual que los médicos, laboramos para combatir el virus y salvar vidas, pero las autoridades no nos toman en cuenta en el pago de nuestros salarios“.
La deuda -dice- superaría USD 1 millón. “Nosotros prestamos el servicio de limpieza y también entregamos los insumos de aseo al Pablo Arturo Suárez. Hemos cumplido con nuestro contrato, pero las autoridades no”.
Viteri explica que han tenido reuniones con encargados de los sanatorios. Ellos les han comentado que el asunto no está en sus manos de ellos, sino en las del Ministerio de Finanzas.
Durante el plantón se observaron carteles con mensajes como: “Exigimos nuestros sueldos, señor Ministro de Finanzas” y “Queremos que nos pague, tenemos familia”.
Luigi Freire es supervisor de limpieza en el Pablo Arturo Suárez. Él no ha recibido su sueldo. La deuda es de unos USD 4 000, por estos ocho meses. “Tengo préstamos y los bancos ya no me esperan más. Debo cancelar los servicios básicos, comida y educación de mis hijos. Soy cabeza de mi hogar, ya que mi esposa no tiene trabajo”.
Teresa Ruiz, quien labora en el Centro de Rehabilitación Pumamaqui, en el norte, vive una situación similar. Ella comenzó a laborar en enero, pero desde abril no ha recibido su salario. “Me adeudan cerca de USD 2 000, por lo que la situación es complicada; tengo que mantener a mis hijos“.
Ruiz señala que sus parientes le han ayudado durante estos meses. “Hermanos y amigos nos han colaborado, pero ya no pueden más. Vivimos una situación grave”.
Esta agrupación de limpieza hospitalaria no ha considerado paralizar sus actividades, debido a la emergencia sanitaria por coronavirus. Sin embargo, espera que los pagos lleguen de forma inmediata. Además pide reunirse con representantes de Finanzas.