Cerca al féretro de Javier, cobijado por una bandera del Ecuador, se encontraban los restos de Efraín Segarra, conductor, y de Paúl Rivas, fotógrafo del equipo periodístico de este Diario. Foto: AFP
El encuentro se esperó desde el primer día del secuestro. Galo Ortega repasó en su mente las historias que le contaría a su hijo, Javier, cuando regresara a casa. Imaginó cientos de veces el abrazo de bienvenida, el que olvidó darle cuando se despidió de él, el pasado 26 de marzo, en Quito.
Después de tres meses sin verlo, el martes 26 de junio del 2018 por fin, a las 15:30, se reencontró con sus padres y hermanos. El escenario no era lo deseado, era una sala de velación, en la funeraria Capillas de la Fe, en la ciudad colombiana de Cali. El padre del periodista no pudo abrazarlo ni besar su frente, como lo hubiera deseado. Esto debido al mal estado de conservación de los restos. Pese a esto, el encuentro era lo que importaba.
Cerca al féretro de Javier Ortega, cobijado por una Bandera del Ecuador, se encontraban los restos de Efraín Segarra, conductor, y de Paúl Rivas, fotógrafo del equipo periodístico de este Diario. Los tres fueron secuestrados cuando realizaban un reportaje en la zona de Mataje. Y con la recuperación de sus restos, se confirmó que estuvieron cautivos y que fueron asesinados en territorio colombiano.
Los familiares del periodista Javier Ortega acompañan su féretro. Foto: EL COMERCIO
Fue un momento emotivo para las familias de los tres trabajadores. Una mezcla de dolor y de alegría porque pese a todo “al menos tenemos sus huesitos”, repetía Galo Ortega.
Patricio Segarra, hijo del conductor Efraín, quien laboró 16 años en este Diario, también imaginaba con esperanza el momento que volvería a ver a su papá con vida. Nunca cruzó por su cabeza que tendría que ir a buscar su cuerpo en otro país y volver con él, en el mismo avión. “Yo me enfoco en lo que sigue, que es buscar la verdad de todo lo que pasó”.
Periodistas y fotógrafos colombianos rinden homenaje a los restos del equipo periodístico asesinado. Foto: EL COMERCIO
Al él le consuela la idea de que pronto estarán en el Ecuador y allí más amigos y otros parientes les darán la bienvenida. “Desde el principio de esta triste historia ellos estuvieron juntos. El homenaje debe ser para los tres y sé que los tres nos están viendo”.
La decisión de los familiares fue que Javier, Efraín y Paul, estén juntos durante todos los actos fúnebres que se preparan hasta el viernes 29 de junio, cuando será su entierro, en Quito.
Para Ricardo Rivas el hecho de tener el cuerpo de su hermano significa que logró cumplir una promesa que hizo a su madre de llevarlo a casa. “Creo que para mi madre será el momento más duro. Ella siempre quiso tener la certeza de que murió y tener su cuerpo cerca para visitarlo”.
El allegado también cree que hay muchas enseñanzas detrás de este caso y la principal es que esto no se repita, a través de una sentencia. Él resaltó también que el Gobierno ecuatoriano debe garantizar el libre tránsito de los ecuatorianos por todo el territorio. “Ellos estaban en su país”, repite.
A las 19:00 se realizó la primera capilla ardiente en Cali. Periodistas locales acudieron a cubrir la noticia y a entregar el pésame a las familias. También lo hicieron miembros de la comunidad ecuatoriana residentes en Colombia.
“Sentimos que ellos forman parte de nosotros”, dijo la periodista Ingrid Tobar, de la cadena RCN, quien coincidencialmente hizo la primera entrevista de alias ‘Guacho’, el disidente del grupo armado Óliver Sinisterra, a quien se le atribuye el secuestro y muerte de los ecuatorianos.
Los periodistas locales ingresaron a la sala de velación con rosas y globos blancos. Tenían también un cartel con impreso con la caricatura de los tres comunicadores.
Delegados de las organizaciones sociales también se hicieron presentes, entre estas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas de Derechos Humanos.
“Aquí en Colombia no los vamos a olvidar, que esto sea para dignificar su nombre y su memoria”, dijo Juliana Vélez, de la Asociación Nomadesc.
Otro defensor de derechos humanos, que rindió homenaje a los periodistas fue el colombiano César Vargas. “Me avergüenza que en nuestro territorio se hayan perdido la vida de tres personas tan valiosas y espero que la siembra de estos tres hermanos sean la paz”.
El gobernador del Cabildo Kichwa Runa-Pura, Luis Héctor Amaguaña, oriundo de Cotacachi, se acercó a la capilla ardiente para hacer una oración por las almas de los tres.
Los familiares han coincidido que era importante cerrar un ciclo emocional e iniciar su etapa de duelo. Sin embargo, el caso no se ha cerrado y seguirán las investigaciones tanto en Bogotá como en Quito
De hecho, los familiares ya delegaron a un representante legal en Colombia para que se encargue de vigilar el proceso penal.
Javier Andrade, abogado de las familias, explicó que la pericia que ha hecho en Medicina Legal confirmó las identidades, pero aún está pendiente la entrega de los resultados de la causa de la muerte, balístico, genetista y antropólogo forense.