José Fabián Camayo, párroco y rector de la Basílica del Voto Nacional, explicó este 24 de abril el alcance de los trabajos en la capilla. Foto: Ana María Carvajal / EL COMERCIO
¿Están pintando la Basílica del Voto Nacional? Esta inquietud bulle desde la tarde de ayer, jueves 23 de abril del 2015, en redes sociales. Pero, según los responsables del templo del Centro de Quito, la preocupación es innecesaria.
El padre José Fabián Camayo, párroco y rector de la Basílica del Voto Nacional, dialogó con este Diario hoy, viernes 24 de abril del 2015, y explicó que la fachada de la capilla del Inmaculado Corazón de María, en donde también se hace la adoración del Santísimo, siempre ha estado pintada.
Esta edificación tiene más de un siglo, mide 34 metros de longitud y es una construcción de barro cocido o ladrillo, enlucida con el fin de darle la apariencia de piedra. Según Camayo, la capilla se construyó antes de la Basílica y ha sido engalanada con el tiempo de forma recurrente.
Hace alrededor de 10 años, el entonces Fondo de Salvamento (Fonsal) intervino por última vez en las paredes exteriores de la capilla, que ahora se encuentran en un nuevo proceso de restauración a cargo del Instituto Metropolitano de Patrimonio, del Municipio de Quito.
El color que luce en estos días, que se nota más claro que el que tenía antes de la intervención, es solo una base que se colocó luego de pulir los muros, explicó el Municipio de Quito. Posteriormente, se dará un color similar al de la piedra que tiene la nave central de la Basílica, un templo de estilo neogótico cuya construcción demoró más de un siglo, desde 1883 (su estructura principal se terminó de edificar en 1988), sobre la calle Venezuela, en el Centro Histórico de Quito.
Se espera que los trabajos concluyan a mediados del 2015 (la nave central no será pintada, mantendrá su estilo original, pero también es sometida a cuidado, con el retiro de grafitos, chicles… y el mantenimiento del piso). Estaba previsto que tomaran alrededor de 90 días, pero el proceso se ha demorado debido a las lluvias, que no permitieron avanzar con celeridad.
El templo recibe mantenimiento periódico. Ahora se coloca telas de asfalto para evitar filtraciones y goteras, según el sacerdote.
A través de un comunicado de prensa, la Alcaldía de Quito confirmó la versión del padre Camayo y agregó que el trabajo para la piedra y el muro de ladrillo es diferente. Agregó que se trata de un plan de conservación de iglesias y conventos del Centro Histórico, que incluye también San Agustín, La Catedral, San Francisco, etc.