El parentesco no genera inmunidad, cuidado con reuniones familiares, advierten médicos

Desde mediados de agosto del 2020, Pichincha encabeza la lista de provincias con mayor número de pacientes con covid-19. Foto: archivo / EL COMERCIO

Desde mediados de agosto del 2020, Pichincha encabeza la lista de provincias con mayor número de pacientes con covid-19. Foto: archivo / EL COMERCIO

Desde mediados de agosto del 2020, Pichincha encabeza la lista de provincias con mayor número de pacientes con covid-19. Foto: archivo / EL COMERCIO

Por primera vez, en más de 400 años, no se desarrollará la romería de la Virgen de El Quinche, recuerda el infectólogo y PhD en salud pública, Mauricio Espinel. Le parece simbólico que una tradición como esa haya sido suspendida en este 2020, para prevenir el aumento de casos de covid-19.

"Hay que cuidarse, evitar especialmente afectar a los más vulnerables, que son las personas de avanzada edad y las que viven con enfermedades crónicas. Si por este año no hago la reunión para preparar la colada morada o no me voy de viaje en el feriado, no pasa nada", sostiene.

Desde mediados de agosto, Pichincha encabeza la lista de provincias con mayor número de pacientes infectados, incluso sobre Guayas, que sufrió el mayor impacto de la pandemia en el país. Sin embargo, los ciudadanos parecen haber olvidado que la emergencia sanitaria no ha terminado. Algunos creen que el parentesco es una especie de inmunidad, por lo que se juntan en la casa de padres, abuelos, primos y no siguen las medidas de bioseguridad: mantener el uso de mascarilla, con personas con quienes no se convive; estar a por lo menos dos metros de distancia; lavarse las manos.

"La base del contagio de este virus es la interacción social. En las reuniones arriesgan la vida del abuelito, del enfermo con cáncer, es decir de las personas más vulnerables de la familia", anota el infectólogo Espinel. En Ecuador, dice, hay un componente cultural difícil de cambiar, "somos una sociedad gregaria, nos gusta estar siempre juntos; no pasa lo mismo con los ingleses. Lo único que modificó este comportamiento por un mes fue el miedo a la muerte, la gente cambió, aceptó confinarse para evitar al covid. Pero ya le perdió el miedo y volvió a lo de antes".

Esa forma de actuar le parece muy riesgosa, tomando en cuenta que en Quito, por ejemplo, aún gran porcentaje de la población no se ha infectado con el SARS-CoV-2.

Byron Núñez, infectólogo del Hospital Carlos Andrade Marín y profesor de la U. Central, recuerda que está demostrando que hasta el 60% de la transmisión se produce en hogares, en asilos y residencias, según un artículo publicado en Science sobre la ingeniería de la transmisibilidad. Por eso, el comportamiento ciudadano durante los fines de semana preocupa a este médico, que insiste en una recomendación: evitar las tres C de la transmisión. Esto quiere decir no al contacto cercano, los sitios cerrados, y lugares concurridos.

Si decide visitar a su madre, con la que no convive, el médico Núñez pide hacerlo en un lugar abierto, durante unos minutos, usando mascarilla, para reducir los riesgos de contagio. Además, si se está en un espacio cerrado y se va a compartir alimentos, hay que ventilar la casa; hacer que coman primero los más vulnerables, en otra habitación. No todos juntos. El virus se transmite en gotículas, cuando hablamos, mucho más al gritar o cantar.

Suplementos digitales