Palora, en Morona Santiago, despacha pitahaya a tres continentes

Estefany Romero se encarga de monitorear los procesos de la pitahaya orgánica en la hacienda Sangay.

Estefany Romero se encarga de monitorear los procesos de la pitahaya orgánica en la hacienda Sangay.

Estefany Romero se encarga de monitorear los procesos de la pitahaya orgánica en la hacienda Sangay. Foto: Glenda Giacometti

La primera temporada de cosecha de pitahaya arrancó en Palora, la zona del país de mayor producción de esta fruta. Los productores calculan exportar 1 millón de kilos, incluida fruta orgánica, entre este mes y marzo. Se vende a Asia, a la Unión Europea y a EE.UU.; para este último mercado es el tercer año de envíos.

Una de esas ventas constituyó el primer cargamento de pitahaya orgánica para EE.UU., de la hacienda Sangay, en Palora. Los 240 kilogramos se exportaron este lunes 11 de febrero de 2019, a través del aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, hacia Los Ángeles.

La fruta exótica de color amarillo fue cultivada bajo un invernadero de 5 000 m². Las plantaciones de los demás productores son a campo abierto.

La pitahaya orgánica se cultiva en invernadero. Una malla protege a las plantas (pencas), que reciben riego por goteo y abono natural. “Hacemos varias fórmulas para que la producción sea 100% orgánica. Enviaremos un segundo lote de 300 kilos orgánicos en junio y para el próximo año aumentaremos”, explicó Juan Guarderas, supervisor de Sangay.

El movimiento de camiones y trabajadores es intenso en las fincas, ubicadas en las cinco parroquias de Palora, un cantón de Morona Santiago. Las extensas plantaciones con la fruta aparecen por los caminos lastrados y de tierra.

En esa zona existen 672 productores, que tienen sembradas 1 528 hectáreas, de las que actualmente 664 están en producción, indican datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).

Rolando Noboa contrató a cinco personas más para sacar el producto de las 6 hectáreas de su finca, ubicada en el sitio Arapicos, a 30 minutos del centro poblado de Palora. Normalmente trabaja con dos obreros, pero por la temporada debe aumentar el personal.

La recolección comenzó ayer. Los siete realizan la cosecha, limpieza y traslado de la fruta al centro de acopio de la Asociación de Productores de Pitahaya de Palora.

Noboa sembró pitahaya en el 2001, pero desde el año pasado exporta una parte a EE.UU. Este año espera enviar 30 kilos, el doble del año pasado, junto al resto de la producción de los agricultores de la Asociación.

Él realizará dos de las tres cosechas que se tiene en el año. La próxima será en diciembre.

“Hay bastante botón, que está floreciendo y la fruta estará lista para fin de año. Vamos a tener mejores ganancias, porque estamos asociados y hemos buscado nuestros propios clientes sin la ayuda de intermediarios”, dijo Noboa.

Él es uno de los 138 socios de la Asociación, que decidieron exportar directamente, para evitar la caída del precio del kilo de la fruta (entre USD 3 y 4), impuesto por el intermediario.

Para ello construyeron un centro de acopio, certificado por la Unidad de Sanidad Vegetal de Agrocalidad. Ahí trabajan ocho personas que clasifican, lavan y empacan la fruta.

En una semana pueden enviar 5 000 kilos a los mercados de EE.UU., Hong Kong, Singapur, Malasia, España, Alemania, Emiratos Árabes Unidos, entre otros países.

Jorge Hidalgo es uno de los productores y exportadores del cantón. Su principal destino es el mercado asiático, pero este año enviará a EE.UU, luego de haber conseguido la certificación por parte de Agrocalidad de que su finca de 2 hectáreas es un sitio libre de la mosca de la fruta.

Los técnicos lo monitorearon un año para enviar la pitahaya al mercado estadounidense. “Nos asesoramos con los socios y técnicos para obtener una fruta de calidad”.

El año pasado se aprobaron 207 sitios o fincas libres de la mosca de la fruta y para este 2019 se tiene previsto que otros 532 lugares sean declarados libres de ese insecto.

La pitahaya también se cultiva en Pastaza, Pichincha, Guayas, Los Ríos, Manabí y el subtrópico de Bolívar, pero en menores cantidades.

“El productor trabaja con nosotros, porque desea exportar a todos los países. Están comprometidos por tener alimentos sanos”, comentó la directora zonal de Agrocalidad, Jemily Urresta.

El objetivo de este año es duplicar las exportaciones. El año pasado se vendieron 1,6 millones de kilos, de acuerdo con datos de Agrocalidad.

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