El papa Francisco saluda con los fieles al salir del Santuario de la Divina Misericordia, en Guayaquil. Foto: Gabriel Proaño / EL COMERCIO
Palabras de Francisco en el Santuario del Señor de la Divina Misericordia, en Guayaquil. 6 de julio del 2015.
“¡Buenos días! Los invito, todos juntos, a rezar a la Virgen:
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo…
Ahora voy a celebrar misa y los llevo a todos ustedes en el corazón. Voy a pedir por cada uno de ustedes, le voy a decir al Señor: Vos conocéis el nombre de los que estaban ahí. Le voy a pedir a Jesús para cada uno de ustedes mucha misericordia, que los cubra con su misericordia, que los cuide. Y a la Virgen que esté siempre al lado de ustedes.
Y ahora, antes de irme, porque esto es de paso, para la misa donde me dice el señor Arzobispo que nos corre el tiempo, les doy la bendición, pero… No, no les voy a cobrar nada, pero les pido por favor que recen por mí. ¿Me lo prometen?
Los bendiga Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Gracias por el testimonio cristiano”.